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¿Sabés quienes eran los Tripulantes del Fournier?


La calle recuerda a la tripulación del buque rastreador ARA "Fournier", en el nomenclador catastral figura como "31" asi la siguen denominando los vecinos ás antiguos de los barrios de los que forma parte. Ellos son: Punta Mogotes, Colinas de Peralta Ramos, Termas Huinco, Cerrito San Salvador, El Progreso, Fortunato de la Plaza, Bosque Grande, Don Emilio, Belgrano y Autódromo.

Se trató de una embarcación botado el 5 de agosto de 1939, construido en el Astillero "Sánchez y Cía." de la provincia de Buenos Aires e incorporado a la Armada Argentina el 13 de octubre del año siguiente.

Estuvo destinado a la Escuadrilla de Rastreo y Minado, que tenía su apostadero en la Base Naval de Puerto Belgrano, y su primer comandante fue el Teniente de Navío Ernesto de Mármol.


Al no poner  nombre completo se termina confundiendo el homenaje

El "Fournier" apoyó la Campaña Antártica 1942–1943, operó con la Flota del Mar, fue buque de estación de Ushuaia, rescató en medio de grandes temporales al remolcador Olco y al velero chileno Cóndor, y en junio de 1947 llegó a la Base Antártica Decepción. En 1949, bajo el mando del Capitán de Corbeta Carlos Negri, sus tareas de rutina incluían el patrullado de los canales fueguinos, el apoyo a la Base Naval Ushuaia y eventuales labores de salvataje. El 17 de septiembre de ese año arribo al puerto de Río Gallegos, luego de haber recorrido los canales con dos distinguidos pasajeros: Raúl Wernicke, un prestigioso físico y químico, por entonces Decano de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA; y su hijo Julio, estudiante de medicina, quienes iban en busca de especímenes exóticos de fauna marina austral.

El Fournier zarpó a las 7.40 del 21 de septiembre, dispuesto a internarse por el intrincado estrecho de Magallanes para regresar a Ushuaia. Ese mismo día, a las 16.30, el buque comunicó por radiotelégrafo que estaban pasando frente al Faro de Punta Delgada, en la Primera Angostura del estrecho. En horas de la noche, cuando el buque cruzó frente al faro San Isidro, el pronóstico meteorológico no era favorable para la navegación: soplaban vientos del noroeste a una velocidad de 20 nudos, se anunciaban nevadas y chaparrones, la visibilidad era de 2 a 4 kilómetros y la temperatura estaba por debajo de los 0 grados.

Llegadas las primeras horas de la mañana del 22 de septiembre de 1949, era imposible comunicarse con el "Fournier" desde la Base Naval Ushuaia, por lo que al día siguiente se inicio su búsqueda por agua y por aire, dificultada por las tempestades y la niebla constantes. Participaron en las operaciones de búsqueda, entre otros, el transporte "San Julián", el rastreador "Spiro", los remolcadores "Chiriguano" y "Sanavirón", el buque hidrográfico "Bahía Blanca" y la fragata "Trinidad".

Finalmente, el 4 de octubre de ese mismo año, los diarios del país anunciaron en primera plana el naufragio del "Fournier" en Punta Cono, un accidente geográfico de la isla Dawson, rodeada por canales de entre 450 y 530 metros de profundidad promedio, a la entrada de San Gabriel, 60 millas al sur de la ciudad chilena de Punta Arenas. Las circunstancias de su desaparición hacen suponer que el "Fournier" se hundió al chocar contra una piedra, no marcada en la carta de navegación, que abrió un surco en el casco de la nave e hizo que se anegaran los compartimientos, o que, en medio de temporal, una ola lo escoró sin darle tiempo a enderezarse.

La tripulación del "Fournier" estaba integrada por 77 marinos. No hubo sobrevivientes y el casco quedo para siempre en el fondo del mar. Solo fue posible rescatar los cuerpos de algunos tripulantes que fueron trasladados a Buenos Aires por la fragata A.R.A. "Heroína", con su bandera a media asta. La pérdida del rastreador constituyó un verdadero duelo nacional, y en su memoria y en la de sus tripulantes y pasajeros se efectuaron numerosos actos oficiales y privados.


Pero por qué el buque se llamaba Fournier?

En nuestra guerra de corso con el Imperio del Brasil (1826-1828) una personalidad se destaca con vigoroso relieve, la de Cesar Fournier, seguramente el más eficaz de nuestros corsarios.

No se conocen sus antecedentes anteriores a la guerra, pero a falta de biografía hablan sus hazañas de sólo dos años y la audacia de su genio. Nació en Livorno, puerto de mar de la Toscana, perteneciendo su padre a la nobleza de Francia y exiliado en esa ciudad por razones políticas. Cuando tenía 36 años, Fournier adquirió una nave a la que llamó "La Cesar", y se hizo a la vela con destino a Buenos Aires donde llegó a fines de 1824.

En enero de 1826, el gobernador de Buenos Aires, Gregorio de Las Heras, a cargo de las Relaciones Exteriores de la Provincias Unidas, autorizó el corso contra los buques y propiedades del Emperador del Brasil y sus súbditos. Las naves con patente de corso eran fletadas por particulares y así Cesar Fournier, comisionado por el comerciante Vicente Casares, participó intensamente en la acción corsaria contra Brasil con la barca Congreso, de larga actuación en la Escuadra de Brown, ahora con patente corsaria. En 1827 navega las costas brasileñas durante casi tres meses atacando al comercio en las aguas próximas a Salvador y Río de Janeiro, capturando alrededor de 24 presas, realizando desembarcos y hasta planeando la captura del Emperador Pedro I.

El gobierno nacional ascendió a Fournier al grado de Teniente Coronel y en enero de 1828 lo comisionó a Estados Unidos para adquirir naves. Ya en navegación de regreso a nuestro país, los tres buques que formaban una nueva escuadra, enfrentan un terrible temporal que hunde dos de ellos, pereciendo en estas circunstancias este notable marino.

El olvido y la ingratitud sobre la memoria de los marinos de entonces, también se ensañó con Fournier, al punto que el nombre de este recio hombre de mar es desconocido para los argentinos #AntesDeSerCalle

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