Tomás Guido - El cero de esta calle es el cruce con Río Negro y concluye al llegar a la Avenida Juan B. Justo - Tiene sentido Norte Sur en todo su recorrido aunque se produce un corte en Rodríguez Peña (atrás del Complejo Universitario) y vuelve tres cuadras después (Quintana) hasta su fin.
Guido fue una de las figuras mayores de toda la historia argentina como estratega de la liberación nacional y como político es el general Tomás Guido, porteño, nacido el 1 de setiembre de 1788 e hijo de don Pedro Guido Sanz y de doña Juana de Aoiz y Martínez.
Cursó estudios de filosofía en el Colegio de San Carlos, pero debió abandonarlos por falta de recursos.
En 1807 era empleado del Tribunal Mayor de Cuentas y se distinguió en las invasiones inglesas.
Después de Mayo del año 10, la Junta de Gobierno lo nombró oficial de secretaría, y en 1811 acompañó a Mariano Moreno en su misión diplomática, como secretario.
En 1816 realizó un detenido estudio sobre las posibilidades y conveniencias de efectuar una expedición militar a Chile, como medio estratégico para lograr la independencia. Actuó junto a San Martín en la Logia Lautaro y se contó en la minoría que siguió al Libertador, en contra de la corriente alvearista, luego directorial.
En Chile, a donde pasó en 1817, fue el gran consejero político de San Martín, aparte de representante del gobierno argentino ante aquel país.
Seguramente, con su inspiración y apoyo pudo el Libertador trazar una estrategia distinta de la del Directorio, entregado a negocios con borbones y lusitanos, mientras Brasil presionaba en el frente del Este.
Cooperó decididamente en la preparación de la expedición al Perú, saboteada por Rivadavia y Pueyrredon (que se había enredado con la monarquía europea), y asistió a los dos sitios del Callao. El Libertador lo designó consejero de Estado y ministro de Guerra y Marina y lo ascendió a general. Fue jefe militar y político de Lima hasta el fin del gobierno de San Martín.
Durante el gobierno de Manuel Dorrego, este jefe federal lo nombró ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, y luego en la difícil misión de plenipotenciario ante la Corte de Río de Janeiro junto con Juan Ramón Balcarce, para celebrar la convención preliminar de paz. También durante el gobierno de Balcarce fue diplomático ante el gobierno imperial.
Por su parte, el gobernador Viamonte lo designó ministro de Relaciones Exteriores, cargo que desempeñó con brillo, especialmente al enfrentar un plan monárquico de la Corte de Madrid con relación a los pueblos sudamericanos. El plan estaba ligado al accionar del viejo grupo unitario rivadaviano, que, en recidiva, volvía a las andadas con respecto a la coronación de un príncipe europeo, ahora con apoyo de Carlos X de Francia. Guido, ministro de Viamonte, vivió con preocupación las disidencias que se manifestaban en el seno del partido Federal. Su correspondencia con Juan Manuel de Rosas, de esos días, así lo revela. Don Juan Manuel, por su parte, procuró un acercamiento entre Guido y el general Juan Facundo Quiroga, recién llegado a Buenos Aires. Guido habló a Rosas en esos momentos con la mayor franqueza. Con fecha 27 de diciembre de 1833 previene a Rosas: "Si se dejase a un lado el proyecto de Constitución será preciso una de dos cosas, o que un Pronunciamiento franco y sostenido de Vd. diese a la autoridad la fuerza que no tiene, o que se sugiriese otro medio para una variación tranquila y legal. Entonces, nadie sino Vd. debe ponerse al frente del Gobierno: en vano es excusarse, los medios de acción que Vd. posee ningún otro los tiene". Durante el segundo gobierno de Rosas, cumplió Guido servicios relevantes, a partir de 1837, como diplomático en Chile, Ecuador, Bolivia y el Brasil. En Río de Janeiro, desde 1841, desempeñó una tarea difícil y ardua, siempre a la altura de los más puros intereses nacionales. Más que a su amigo Rosas, sirvió a la Confederación, como antes lo había hecho junto a San Martín.
La figura de Tomás Guido se agranda en cualquiera de los tiempos en que se la considere; aun después de Caseros, en que luchó por la unidad nacional cuando el partido portuario segregó el Estado de Buenos Aires. En la Confederación urquicista, surgida del acuerdo de San Nicolás, Guido cumplió labor destacada, en el Senado y en la diplomacia.
Su muerte se produjo en Buenos Aires, el 14 de setiembre de 1866. No fue hombre de partido; fue mente y brazo armado de la patria, en todas las circunstancias. Se casó en Chile con Pilar Spano, hija del coronel Carlos Spano. #AntesDeSerCalle