Juan Héctor Jara, nacido en Corrientes, fue un abnegado y prominente médico. Fue director del Hospital y Asilo Marítimo que funcionaba en la manzana donde actualmente se encuentra el Instituto Nacional de Epidemiología (INE). Ese establecimiento era propiedad de la Sociedad de Beneficencia, entidad privada de la que formaban parte damas de la “alta sociedad” o “aristocracia” argentina. La entidad fue creada originariamente en 1823, durante el ministerio de Rivadavia y la gobernación de Martín Rodríguez, con la finalidad de atender todo establecimiento público dirigido al bien de niñas y mujeres.
También fue director del Hospital Mar del Plata, profesor del Colegio Nacional y varios cargos públicos.
Un tramo de una de las principales avenidas de la ciudad lleva su nombre desde calle Rio Negro hasta avenida Juan B. Justo. El punto cero y como continuación de avenida Carlos Tejedor se encuentra en el barrio Villa Primera, después de pasar la avenida Libertad ingresa a Estación Norte, a partir de Luro al barrio Don Bosco, más adelante y por último el Bernardino Rivadavia. Después de Juan B. Justo la avenida pasa a llamarse Polonia.
Una de las iniciativas de la Sociedad fue comprar en Mar del Plata el Hotel Alemán, con la intención de que allí funcionase el Hospital y Asilo Marítimo, destinado a la atención de niños enfermos y convalecientes.
En un principio, el Hospital estaba abierto en la temporada de verano, pero en el año 1900 la Sociedad de Beneficencia decidió que estuviese abierto todo el año. Fue entonces cuando la entidad tomó la decisión de buscar un médico competente para que se desempeñase como director del Hospital y contrató para dicho cargo al doctor Juan Héctor Jara.
Jara había nacido en 1869 en la ciudad de Bella Vista, provincia de Corrientes. Su infancia fue traumática, pues fallecieron sus padres y el único hermano, por lo que su tía debió hacerse cargo del niño.
Concurrió a la escuela primaria de la ciudad natal y al Colegio Nacional de Corrientes capital. A los 19 años (1889) ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Realizó las prácticas en el Hospital Rivadavia y en 1898 obtuvo su título de médico.
Por motivos que desconocemos, al año siguiente se trasladó a General Belgrano, provincia de Buenos Aires, donde comenzó el ejercicio de su profesión. De trato cordial, ganó la simpatía de los habitantes, que valoraban el hecho de que no cobrara honorarios a los pobres.
Al año siguiente tomó conocimiento que la Sociedad de Beneficencia buscaba un médico para dirigir un establecimiento destinado a la atención de niños. Viajó entonces a la Capital Federal y fue contratado por la institución. En ese entonces no existía la pediatría como especialidad, sino que los médicos que elegían atender a los niños lo hacían por vocación.
En el mismo año 1900 Jara, que tenía 31 años, tomó posesión de la dirección del Hospital y Asilo Marítimo, destinado al tratamiento de niños débiles y anémicos, y enfermos agudos de tuberculosis. Su capacidad era de 170 camas.
Su alojamiento se encontraba dentro del mismo edificio. Visitaba a sus pacientes todos los días, inclusive domingos y feriados. El contrato preveía que también podía desempeñar su profesión en forma particular.
La administración del Hospital fue entregada a las religiosas de la Congregación de Hijas de María del Huerto, que también atendían las salas y dormitorios. Antes de que llegara a Mar del Plata, otros médicos se habían radicado en esta ciudad, entre ellos Arturo Alió con quien tuvo una buena relación.
Contrajo matrimonio en 1901 y tuvo tres hijas. Una de ellas, María Carolina, murió a los ocho años. Era integrante del primer directorio del Establecimiento de Caridad, que luego daría origen al Hospital Mar del Plata, cuya piedra fundamental fue colocada en 1903.
La gente de escasos recursos lo llamaban “médico de los pobres”, pues nunca cobró a los humildes por las consultas; además, trataba de procurarles los medicamentos que necesitaban. Se caracterizaba por su conducta espontánea, era un verdadero filántropo un tanto carismático.
Tenía gran capacidad de trabajo, nunca parecía apurado o fatigado, dedicaba a sus pacientes todo el tiempo necesario. No llegó a ser una persona de fortuna, a pesar de que atendió a la mayoría de las familias marplatenses y de los veraneantes.
Sus propiedades eran un chalet situado en Ayacucho 3340 y una quinta de tres hectáreas. Su consultorio particular estaba ubicado en San Martín al 2400. Fue presidente del Círculo de Obreros Católicos, médico de la policía y de los ferroviarios, consejero escolar, profesor en el Colegio Nacional y director del Solarium, también dependiente de la Sociedad de Beneficencia.
Falleció en 1920 en la Capital Federal, adonde había sido trasladado para su mejor atención. Tenía 51 años. Fue alojado en el cementerio de Recoleta.
En su memoria, fue esculpido un busto que se colocó en el hall de entrada del I.N.E. (ingreso por calle Ayacucho) y se construyó un mausoleo en el cementerio de la Loma, previsto en una ordenanza y llevado a la realidad por la acción del Centro Médico de Mar del Plata y la Municipalidad de General Pueyrredon #AntesDeSerCalle