En noviembre de 1975 se sancionó la ordenanza 3956 por medio de la cual se le impuso el nombre de Ingeniero Carlos María Della Paolera, a la Avda. 180, entre calle Río Negro y el arroyo La Tapera. En el punto cero, cuando se enlaza con Arturo Alió, es el barrio López de Gomara, a partir de la rotonda que confluye junto a Champagnat y Florisbelo Acosta, ingresa al barrio Los Pinares hasta llegar a la avenida Constitución; de ahí en más divide al barrio Aeroparque con los barrios Estrada y Montemar-El Grosellar.
Carlos Della Paolera fue el primer suramericano en graduarse en el Instituto de Urbanismo de la Universidad de Paris, donde estudió entre 1921 y 1928. Había nacido el 7 de septiembre de 1890 en Buenos Aires.
Sobrino del arquitecto Juan Antonio Buschiazzo e hijo del constructor italiano Cayetano Della Paolera, había contribuido a difundir los conceptos del “urbanismo científico”. Es decir: tomar a la planificación urbana como una ciencia. Graduado en la UBA, Della Paolera no era un improvisado. Está identificado como uno de los primeros urbanistas profesionales de la Argentina.
Su perfil no fue el de un creador sino el de un divulgador y un técnico que intentó producir una doble inflexión en el tratamiento local de los problemas urbanos. En primer lugar, porque propuso una planificación global (el diseño de un plan regulador para la ciudad de Buenos Aires) procurando dotarla de los medios de formación y de los espacios de gestión necesarios. En segundo lugar, porque fundó dicha visión en una concepción científica del urbanismo recurriendo a los “estudios evolutivos” como herramienta de diagnóstico previo a la intervención.
En 1946 fundó el Instituto Superior de Urbanismo de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, luego de la Segunda Guerra Mundial y con el propósito de formar las primeras cátedras de Urbanismo en Facultades de Arquitectura de Rosario y Buenos Aires, entre 1929 e 1933.
Desde 1916 Della Paollera publicaba trabajos sobre urbanismo. En 1920 analizó el Plan Regulador de París y activamente participó del Congreso de Vivienda en Buenos Aires. Su tesis fue dirigida por Marcel Poete.
Jugó un papel importante en la creación de la ciudad símbolo de la planificación, aprobada en 1935, el Congreso Urbanismo, cuando el 8 de noviembre se dedicó internacionalmente como el "Día de urbanismo", ya desde el Congreso Benzacon en el mismo año. En Río de Janeiro una plaza lleva su nombre.
La dimensión de la historia que trabaja Della Paolera se funda en paradigmas organicistas que lo llevan a interrogarse sobre las leyes que gobiernan el desarrollo de la ciudad. Con su formación europea, realiza trabajos cuasi interpretativos que le permiten superar el impresionismo descriptivo dominante entre sus contemporáneos locales. Tal es el caso de su Estudio sobre la evolución histórica de Buenos Aires (1927), texto que, no obstante, ha permanecido totalmente ignorado entre nosotros.
Della Paolera analizaba en 1920 el Plan Regulador de París en cuyo concurso el año anterior habían participado los más connotados urbanistas y los profesores de la materia. Participa activamente en el Congreso de la Habitación en Buenos Aires (1920) y en 1924 parte hacia Francia donde recibirá los cursos en el Instituto Superior de Urbanismo. Allí tomará contacto con las novedades de los textos de Edmond Joyant, Marcel Poete y sobre todo los de Pierre Lavedan que abre las compuertas de la historia del urbanismo. También será testigo de la reorganización de las entidades de la “Ciudad Jardín” que fundan la “International Federation of housing and town planning”. La tesis de della Paolera fue dirigida por Marcel Poete mostrando justamente el peculiar interés por la comprensión histórica de los fenómenos urbanos como fundamento para la formulación de un Plan para Buenos Aires .
La formación de la cátedra de Urbanismo en 1929 en Rosario, luego en 1933 en la Universidad de Buenos Aires y la creación de la Oficina Técnica del Plan de Urbanización en la Municipalidad de Buenos Aires (1932) todas a cargo de Carlos María della Paolera a su regreso de París, serían hitos claves que le permitirían desarrollar un programa de acción para la urbanización regional. Siguiendo la tradición integradora del “Plan” que sostenían sus profesores como Agache, Jaussely o Rey, Della Paolera aborda simultáneamente los aspectos vinculados a la vivienda, los sistemas de circulación, las zonificaciones de áreas industriales y de equipamiento y la distribución de los espacios públicos de parques y plazas
Interesado por los puntos de vista biologistas de Geddes concibe la ciudad como un organismo vivo al cual debe tratarse mediante una visión organicista. Concatenando parcialmente las gestiones con el Ministerio de Obras Públicas (con quien luego sostendrá un largo pleito por la Avenida 9 de Julio), Della Paolera logra articular el área metropolitana a través del Puente Uriburu (hoy Alsina) y perfeccionar el Puente Avellaneda sin por ello lograr una planificación integral con el Gran Buenos Aires.
Fue justamente el debate sobre la apertura de la Avenida 9 de Julio el que marcaría el denodado esfuerzo del urbanista por lograr una vía rápida y libre que configurara un nuevo eje urbano. La discusión sobre la demolición total o parcial de la manzana, se tiñó no solamente de conceptos de “arte urbano” sino que apuntó a la vez a la rentabilidad de tierra urbana central para el municipio.
Della Paolera conseguiría con su Park Way urbano superar las visiones más fragmentarias de Otaola, Bereterbide y Vautier o evitar la grandilocuencia clasicista del proyecto de “monumentalización” de Ángel Guido. La eficacia de la acción municipal de José Estévez permitió la apertura del nuevo espacio vial y cívico en corto plazo. Esta eficacia inicial se prolongará morosamente en el tiempo para una obra que tardaría 60 años en concluirse.
Un papel esencial tendría Della Paolera en la articulación del urbanismo argentino con el exterior. Si podemos atribuir a Martín Noel la presencia de Jean Claude Nicolás Forestier en Buenos Aires en 1924 no menos cierto es que las visitas de Marcel Poete, León Jaussely (1926), Jacques Lambert (1929) Alfredo Agache (1930), Werner Hegemann (1931) y Gastón Bardet (1949) estarían directamente vinculadas a gestiones de Della Paolera y a su esfuerzo para atender la creación de los escenarios adecuados para las mismas.
La creación en 1939 de un Instituto Argentino de Urbanismo y luego en 1946 del Curso Superior de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires señala uno de los hitos de su fecunda tarea . Su reconocimiento se potencia cuando crea el símbolo del urbanismo, adoptado por el Congreso de Urbanismo de 1935 y fija el 8 de noviembre como el “Día del Urbanismo” que es aceptado y celebrado a escala universal comenzando por el Congreso de Urbanismo de Benzacon de ese mismo año 1935.
Evidentemente la segunda guerra mundial habría de cambiar el rumbo propositivo y volcaría a muchos urbanistas franceses a la tarea de la reconstrucción urbana y a la acción efectiva desde las oficinas técnicas del Estado. Será el tiempo de las propuestas vinculadas a las corrientes de las Conferencias Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM), a los intentos de renovación urbana y al papel protagónico de una nueva generación de urbanistas entre los cuales se contaban Robert Auzelle y Gastón Bardet que habría de visitar la Argentina y tendría un papel relevante en el fortalecimiento del Curso Superior de Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. por sobre ellos las ideas de Le Corbusier teñían la enseñanza de la arquitectura y el urbanismo de la segunda mitad del siglo.
Della Paolera falleció en su ciudad natal el 15 de septiembre de 1960 #AntesDeSerCalle