Setenta balcones hay en esta casa,/ setenta balcones y ninguna flor./ ¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?/ ¿Odian el perfume, odian el color? Así empieza el soneto Setenta balcones y ninguna flor, quizá el más famoso de los trabajos literarios de Baldomero Fernández Moreno.
Nació en la ciudad de Buenos Aires el 15 de noviembre de 1886, en el barrio de San Telmo, con el nombre de Baldomero Eugenio Otto Fernández Moreno
Vivió de chico en España, en 1892, su familia se trasladó a Bárcena de Cícero; cinco años más tarde, su padre regresó a Buenos Aires por lo que entre 1898 y 1899 vivió en Madrid en la casa de unos tíos. Hasta que se trasladó a Buenos Aires para reencontrarse con su padre.
Un tiempo vivió en la ciudad de La Plata donde cursó los primeros dos años del secundario en el Liceo Ibérico Platense, en 1902 se mudaron a la ciudad de Buenos Aires y pasó al Colegio Nacional de Buenos Aires (momentáneamente llamado Colegio Nacional Central), donde se graduaría, y al que le dedicaría años más tarde la Elegía al Colegio Nacional Central. En esos años escribió sus primeros poemas. Influenciado por su tío el médico Avelino Gutiérrez, en 1904, con 17 años, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Ya recibido se estableció en la ciudad de Chascomús, donde ejerció la medicina. En octubre visitó la ciudad el poeta Belisario Roldán, quien lo recomendó al médico Fernando Álvarez, hermano de José Sixto Álvarez (alias Fray Mocho), el director de la revista Caras y Caretas, pero las poesías que envió no fueron publicadas. Dos años después se mudó a Catriló, provincia de La Pampa.
Poco tiempo lo tuvo esa provincia para luego regresar a Buenos Aires don siguió escribiendo y realizando su labor como médico en el barrio de Floresta. En 1915, editó su primer libro: Las iniciales del misal, dedicado a Rubén Darío. Un año después, publicó Intermedio provinciano y Ciudad. En 1917 vivió por unos meses en Huanguelén, provincia de Buenos Aires.
En enero de 1919 se casó con Dalmira del Carmen López de Osornio, “Negrita”, oriunda de Chascomús y el 26 de noviembre nació su primer hijo, César, que inspiraría su libro El hijo. En 1920 regresó a Buenos Aires y trabajó en el Servicio de Dermatología del Hospital Español, dirigido por el doctor Pedro Baliña, pero en 1924, a los 38 años y tras 20 años en la profesión, abandonó la práctica de la medicina para dedicarse a la poesía.
A Fernández Moreno se lo asocia con el inicio de la poesía urbana argentina. Los poemas de su primera antología, la mencionada Las iniciales del misal, fueron un anticipo del libro Ciudad, que publicó en 1917 y dedicó A las calles de Buenos Aires, que tanto recorrió y poetizó. Barrio característico, por ejemplo, fue incluido en aquella obra: Es hermoso, de noche,/ ver huir, calle abajo, los tranvías,/ con un polvo de estrellas en las ruedas/ y en la punta del trole una estrellita.
En 1949 sufrió el primer accidente cerebro vascular y un segundo que el 7 de junio de 1950 que le provocó la muerte. #AntesDeSerCalle
La calle que le hace honor en el Partido de General Pueyrredon se encuentra en la ciudad de Batán.
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