Las tapas de los diarios del 25 de junio se centraron en la muerte de Carlos Gardel; era el cantante estrella del momento. Alfredo Le Pera y el guitarrista Guillermo Barbieri quedaron relegados a un segundo plano junto a Ángel Domingo Riverol, otro de los músicos que murió a causa de las heridas, dos días después.
A las 15:05 del 24 de junio de 1935 el avión que los trasportaba chocó contra el Campo de Aviación Las Playas e inmediatamente todo se convirtió en una hoguera. Con la muerte de Gardel y Le Pera nacía la leyenda.
La calle que recuerda al poeta Alfredo Lepera une la avenida Presidente Juan Domingo Perón (Ruta 88) con la calle Palestina; todo en el sector denominado “Las Dos Marías"
Le Pera antes de Gardel
Alfredo Le Pera fue un estudiante de medicina que llegó al diario Última hora solventar sus gastos trabajando de periodista. A los cuatro años dejó la universidad y se dedicó de lleno al periodismo teatral.
Si bien hubo muchas dudas sobre la fecha exacta de nacimiento del poeta y de su nombre completo, algunos historiadores e investigadores del tango lograron despejarlas. Fue el primer hijo de María Sorrentino Moreno y Alfonso Francisco de Paula Le Pera, oriundos del sur de Italia, nació el 7 de junio de 1900 en San Pablo (Brasil) y fue anotado como Alfredo Le Pera, sin segundo nombre.
El matrimonio Le Pera llegó a Buenos Aires en 1898 y en 1900 partió a Río de Janeiro por negocios. Al emprender el viaje de regreso María, que cursaba los últimos días de embarazo, dio a luz a Alfredo en San Pablo. Dos meses después regresaron a Buenos Aires, donde tuvieron dos hijos más.
Alfredo vivió y cursó la primaria en el barrio de Monserrat y el bachillerato en el Colegio Nacional Bernardino Rivadavia, donde fue alumno del profesor Vicente Martinez Cuitiño, un reconocido dramaturgo y critico teatral que se vio sorprendido por una monografía sobre literatura española que Le Pera escribió.
Martínez Cuitiño era abogado, doctor en Derecho y Ciencias Sociales, además de periodista y docente. Fue quien vinculó al joven Alfredo con los círculos literarios de la época, entre quienes había nombres como José Ingenieros, Alberto Vacarezza y José De Maturana, por mencionar algunos notables.
Mientras se introducía en el campo de las letras, comenzó a estudiar piano en el conservatorio "La Salvia".
Le Pera letrista y guionista
Las majestuosas letras de Alfredo Le Pera fueron terminadas con el talento y la voz de su socio. También era quien armaba los guiones de las películas donde el protagonista, siempre, era Gardel. Seguramente uno no podría haber sido lo que fue sin el otro. Juntos se fueron de este mundo en Medellín hace exactamente 85 años.
Algunos aseguran que el guitarrista Riverol, que sobrevivió dos días, relató que el accidente fue consecuencia de una discusión arriba del Ford Trimotor F.31 de la SACO, que Le Pera sacó una pistola para dispararle a Gardel, pero que impactó sobre el piloto Ernesto Samper Mendoza. Nada pudo ser ni será comprobado jamás.
De la mano de Martínez Cuitiño, mientras estudiaba medicina, llegó al diario Última hora. A los cuatro años dejó la universidad y se dedicó de lleno al periodismo teatral.
También pasó por las redacciones de los diarios La Acción, Noticias Gráficas y El Telégrafo donde fue jefe y tuvo a cargo a Manuel Sofovich, padre de los reconocidos productores Gerardo y Hugo.
Combinando su amor por las letras y el teatro, unificó ambos trabajos y fue secretario en algunas compañías teatrales donde asumió la producción ejecutiva y administrativa. Entre éstas estaban las revistas del teatro Sarmiento, donde conoció a Enrique Santos Discépolo y a Aída Martinez, bailarina y el gran amor de Alfredo.
Para mediados de la década de 1920 era un crítico reconocido en el mundo del teatro de revista. Se lo caracterizaba por hacer críticas con humor ácido y despiadado.
El día que Le Pera y Gardel se conocieron
Para 1923 Le Pera trabajaba como asistente de Tomás Simari (el actor del momento) en el Teatro de Verano, lugar al que llegó Carlos Gardel para saludar a la figura durante un ensayo. Allí Simari los presentó. Se cree que aparte de ese encuentro casual hubo otros antes del momento de unión definitiva.
La historia es larga, pero vale la pena conocerla. A finales de 1927, Le Pera se mudó a Suiza y luego, debido a sus contactos teatrales, llegó a Francia, donde trabó contacto con la compañía teatral más importante del momento. Además, compró elementos para las escenografías porteñas y escribió varios artículos para diarios argentinos sobre el cine mudo francés y las primeras pruebas sonoras que allí realizaban.
Gracias a su amplio dominio de idiomas trabajó en Europa subtitulando películas. Le Pera dominaba a la perfección el italiano, francés, inglés y alemán. Entre 1927 y 1930 combinó su trabajo en los diarios y en los escenarios.
De regreso a Buenos Aires, partió a Chile con el empresario Mario Benard que apostó para llevar el tango a ese país a través de una revista. En esa obra actuaba la cancionista Tania, casada con Enrique Santos Discépolo. Fue allí donde Le Pera y Discepolín se encuentran y componen "Carrillón de la Merced", un tango de antología. Esa fue la primera letra de tango que escribió Alfredo.
En 1931 Le Pera dirigió por primera vez una compañía de teatro, cosa que lo hizo ganar máxima experiencia en el área. Esto hizo que el diario Noticias Gráficas lo enviara a Europa para concretar lazos comerciales ligados al cine. Así viajó a Italia, luego a París y a principios de 1932 se trasladó a Londres, donde entrevistó a Alfred Hitchcock. En esos días Gardel cantaba para una radio de esa ciudad y hacía un espectáculo en un dancing hotel.
También en Londres estaba como corresponsal de Crítica el periodista, y amigo de ambos, Edmundo Guibourg. Mientras tanto, en París se negociaba un contrato con Gardel y éste buscaba a alguien que asesorara en los libretos. Primero pensó en su amigo Guibourg, quien se negó por falta de tiempo.
Cuando Le Pera regresa a París suceden dos cosas: ingresa a la Paramount francesa donde subtitula películas del inglés y del francés al español y viceversa; y se vuelve a reunir con Gardel en un café donde Guibourg los cita. En ese encuentro, ocurrido en abril de 1932, decidieron trabajar juntos.
Mientras Gardel atendía cuestiones laborales en Italia, Le Pera se muda a Berlín. Para septiembre de ese año vuelven a encontrarse en París, contrato con la Paramount de Francia de por medio. En esos días comenzó a escribirse otra historia en el tango.
Cuando Le Pera y Gardel acuerdan trabajar juntos suman a Mario Battistella, un letrista y dramaturgo italiano radicado en Argentina. El primer trabajo de los tres es la película Espérame, una adaptación de un guion norteamericano estilo cowboy que ambos detestaron.
Mientras grababan la adaptación, Le Pera escribió el guion de Melodía de arrabal, la primera película exitosa de la dupla Gardel-Le Pera a nivel internacional. Allí, todos los tangos que El Zorzal cantó fueron compuestos para la trama de la película por Alfredo.
El primer desenlace
El contrato que los unía a la Paramount de Francia quedó terminado para el 20 de noviembre de 1932, por lo que ambos viajaron a Inglaterra. Le Pera tenía un romance con una bailarina inglesa y habría estado con ellas algunos días, los que aprovechó para escribir sus crónicas para los diarios de Buenos Aires. También siguió con su trabajo de traductor de cintas fílmicas.
Para entonces Melodía de arrabal se había convertido en un éxito asombroso y Le Pera se había consolidado como escritor.
En noviembre de 1933, Gardel regresó a París con intensión de asociarse a Le Pera e ingresar juntos al mercado norteamericano. Junto a él llegaron Delfino y Pierotti en busca de Alfredo. La intención era desembarcar en la Paramount de los Estados Unidos y filmar allí ya que Carlos tenía un contrato más que importante para cantar en una radio de Nueva York.
En abril de 1934 Le Pera se mudó a Nueva York aceptando la propuesta de trabajar de manera exclusiva y a tiempo completo con Gardel. Se hizo cargo de todos los temas de las películas (escribió las letras más asombrosas) y asumió como vicepresidente de la Éxito Corporation, sociedad que presidía Carlos Gardel. Esta es la etapa más importante en la carrera de los dos. Lo que sigue es historia conocida.
La importancia de Alfredo Le Pera como compositor
Si hay algo innegable es que Le Pera le dio al tango letra, ingenio, poesía y ayudó con esa conjugación a hacerlo internacional. No necesitó del lunfardo ni de palabras coloquiales para imponer su estilo, es más, lo obvió e hizo letras emocionales y cargadas de historias. Su escritura fue pulcra y comprendida por cualquiera de habla hispana y eso era lo que se le pidió a nivel comercial.
Pese a que las grandes letras fueron escritas para contar y ser parte de las películas que Gardel filmó para la Paramount de los Estados Unidos, eso mismo también fue el mérito de su ingenio y poder creativo.
Cuentan por ahí que como el Rey del tango no tenía —a diferencia de lo que se piensa—muchas aventuras en su vida y que Le Pera escribió pensando en sus propias andanzas y desventuras. "Sus ojos se cerraron" habría sido el relato del momento en que murió su gran amor, la bailarina que cerró sus ojos en los brazos del letrista. "Nostalgias" y "Volver" lo muestran como un viajante que añoraba su tierra… "Lejana tierra mía" también da cuenta de sus añoranzas.
Y como todo buen escritor fue un gran lector. Amado Nervo era uno de sus favoritos; Rubén Darío, Leopoldo Lugones, José Asunción Silva, Julio Herrera y Reissig fueron otros de sus predilectos.
Le Pera también escribió "El día que me quieras", "Mi Buenos Aires querido", "Cuesta abajo", "Silencio", "Por una cabeza", entre otros tangos clave de su historia y de nuestra historia.
Las últimas horas de Alfredo Le Pera
Un documento fílmico muestra, en cámara lenta, cuan Alfredo Le Pera agita su sombrero saludando a una multitud que se había reunido en el campo de aviación del actual Aeropuerto Olaya Herrera para despedir a los músicos argentinos. Planeaban llegar a Cali pero un problema técnico lo hizo encarar el aeropuerto de Medellín una hora más tarde.
Nunca Le Pera se puso en un lugar de importancia, se sentía cómodo en un lugar donde Gardel era la gran estrella. Junto a Carlos Gardel conformaron durante tres años la dupla más importante de la música donde ambos apellidos se fusionaron por la eternidad: “Gardel y Le Pera" #AntesDeSerCalle
Bibliografía: Tango Arte Nuestro // Sentir el Tango (Altaya) // Digesto HCD Gral Pueyrredon // Recortes Periodísticos //
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