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Guillermo Rawson el primer médico higienista


Fue el primer médico higienista que tuvo el país y el creador de la Cruz Roja Argentina. Le dedicó a este área gran parte de su carrera como médico y como político. Tuvo tanto carisma que hasta se fundó en la Patagonia un pueblo con su nombre.

La calle que lo recuerda es conocida simplemente por su apellido; nace en el el barrio Lomas de Stella Marís (en avenida Patricio Peralta Ramos), a partir de Güemes ingresa en el barrio Vieja Estación (recientemente fue abierto el tramo que va de Sarmiento a Las Heras, pasando por debajo del centro comercial), ingresa por un tramo al área Centro (de Entre Ríos a La Rioja), pasa por el barrio Plaza Peralta Ramos al cruzar San Juan pasa a lo largo de cuatro cuadras por el barrio Don Bosco, pasa por el barrio Bernardino Rivadavia, pasa por Las Lilas, ingresa seis cuadras al Belisario Roldán donde se corta al llegar al cruce con Rauch. Reaparece a partir de Leguizamon, ya en el barrio Jorge Newbery y desde la avenida Fermín Errea forma parte del barrio Santa Rosa de Lima donde concluye al llegar a la calle República de Nicaragua.

El higienismo es una corriente que nace en la primera mitad del siglo XIX con el liberalismo, cuando los gobernantes comienzan a reparar con más detenimiento en la salud de la ciudad y sus habitantes. Se consideraba la enfermedad como un fenómeno social que abarcaba todos los aspectos de la vida humana. La necesidad de mantener determinadas condiciones de salubridad en el ambiente de la ciudad mediante la instalación de agua corriente, cloacas, iluminación en las calles, y de poder controlar las epidemias fueron dando forma a esta corriente.

El Dr. Guillermo Rawson nació en San Juan el 25 de junio de 1821, hijo del distinguido médico norteamericano Dr. Amán Rawson y de Doña María Jacinta Rojo. Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal y a los dieciocho años se trasladó a la Capital Federal, donde en colegios jesuitas se distinguió en las áreas científicas.

Estudió luego en la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, egresando en 1844 con el título en medicina entre laudables discursos y menciones de honor. Poseía un talento único en el ejercicio de la profesión, el cual le había permitido ganar la admiración de sus compañeros, de sus profesores y de eminentes personalidades.


A su regreso a la provincia de San Juan y con el prestigio de sus éxitos universitarios cosechados, se le designó para ocupar una banca en la legislatura. Comienza ya a mostrarse el político defensor de la legalidad y las libertades cívicas ocupando diversos cargos públicos como senador, Ministro del Interior hasta presidente interino.

En todo cargo que ocupó dejo su huella de impronta y vocación de servicio.

Su brillante actuación política va siempre alternada con su no menos brillante labor científica. En 1873 inaugura la cámara de la Higiene Pública y se convierte en su primer catedrático. Al año siguiente se lo designó Miembro de la Academia de Medicina. Su trabajo: “Estadística vital de Buenos Aires” fue presentado en distintos eventos internacionales y su extenso y detallado trabajo inaugura en el país los estudios de higiene, con carácter social y vinculado con el aspecto demográfico.

Posteriormente fue nombrado Académico de Honor de la Facultad de Medicina. Además fundó la Cruz Roja Argentina y trabajó para el asentamiento de inmigrantes en la Patagonia. Una enfermedad en la vista y su afán estudioso lo llevan a París, donde se radica durante un año. Vuelve al país, dedicándose esta vez por entero a su profesión de médico y a la cátedra de Higiene. Rawson vive sus últimos años sumido en una gran pobreza que es solventada, en cierto modo, por un grupo de amigos que logran que en 1883 el Congreso Nacional le otorgue una pensión honorífica “en mérito a los servicios prestados a la Patria”. En 1885 su salud lo lleva a retirarse y regresa a París, donde muere el 2 de febrero de 1890.

Tenía 55 años y una carrera tan consolidada como intachable. Era uno de los médicos más destacados de toda Argentina, había pasado por varios cargos públicos, había sido presidente interino de la Nación y tenía en su cuerpo la experiencia de la prisión política y la tortura. Pero no estaba satisfecho. Sentía que todavía quedaba mucho en qué trabajar. En 1876, el respetado médico sanjuanino Guillermo Rawson trajo de EEUU la respuesta a su inquietud: tras presentar un trabajo sobre Estadística Vital de Buenos Aires, en un congreso médico en Filadelfia, volvió con la decisión de dedicarse exclusivamente a enseñar y hacer políticas de higiene, dadas las terribles condiciones de vida de la mayor parte de la población.

En ese sentido, Rawson era todo un puntero de la modernidad. Como Sarmiento, quien primero lo elogió en sus escritos, pero después se convirtió en uno de sus principales adversarios políticos. Claro que nunca al nivel del gobernador y caudillo Nazario Benavides, quien encerró al médico en 1853 en carácter de preso político. Mientras Rawson escribía desde la cárcel a sus amigos, los mismos principios cívicos que él evocaba acababan de ser instituídos en la flamante Constitución Nacional.

La formación sólida de Rawson tenía muchas explicaciones. Hijo de un prestigioso médico norteamericano inmigrante en San Juan (Amán Rawson), se fue muy joven de la provincia para ser educado por los jesuitas y luego recibirse de médico en Buenos Aires. Volcado a las políticas en relación a la salud, pasó por varios cargos ejecutivos y legislativos. Siendo ministro del Interior del presidente Bartolomé Mitre, en 1868, éste se ausentó unos meses para encabezar los ejércitos de la Triple Alianza. Marcos Paz, a cargo de forma interina de la Presidencia, falleció. Entonces Rawson se hizo cargo de ese puesto hasta el regreso de Mitre.

Fue durante esa misma gestión ministerial cuando facilitó que se asentara una comunidad galesa en la Patagonia. En agradecimiento al sanjuanino, ese pueblo fue bautizado como Rawson y hoy es la capital de la provincia de Chubut.

Aunque Guillermo Rawson fue el primer profesor de Higiene en Argentina, inauguró la cámara de la Higiene Pública y se hizo famoso bajo el mote de "el padre del higienismo", sus méritos fueron mucho más frondosos. Fundó la Cruz Roja Argentina, impulsó los Boy Scouts en el país, introdujo el Sistema Métrico Decimal e inició la construcción de la alcantarilla de Buenos Aires. En 1868 se levantó el hospital más grande de aquella provincia, donde, medio siglo después, se haría la primera transfusión de sangre del mundo. Era el hospital Guillermo Rawson, que durante la última dictadura fue transformado en un hogar de ancianos #AntesDeSerCalle



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