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Foto del escritorAntes de ser Calle

Julio Argentino Roca, el "zorro" del desierto

Julio Argentino Roca, conocido como "el conquistador del desierto", fue uno de los artífices de la Argentina moderna y responsable de una de las matanzas más sangrientas contra los Pueblo Originarios.


Nació en Tucumán el 17 de julio de 1843. Era el cuarto hijo de Don José Segundo Roca y Agustina Paz. La familia Roca y la familia Paz se habían destacado por su actuación en las filas unitarias. Don José Segundo había participado en la campaña libertadora junto a San Martín, en la guerra contra el Brasil y en las luchas civiles junto a Lavalle y al general Paz.

La calle que lleva su nombre nace al cero, como calle donde se inicia el Parque San Martín y se extiende hasta el 8200, Juan Cetz. Desde su inicio hasta su finalización transita por los barrios Leandro N. Alem (dos cuadras), Los Troncos (14 cuadras), General Roca (10 cuadras), San José (12 cuadras), Funes y San Lorenzo – Universidad (4 cuadras), Pinos de Anchorena (4 cuadras), Bernardino Rivadavia (16), Regional (12) y Belisario Roldán (8 cuadras).


Militar y político polémico


Roca manejó los hilos de la política argentina durante más de 30 años mediante el Partido Autonomista Nacional, tejiendo complejos sistemas de alianzas con distintas fuerzas, lo que le valió el mote de "el Zorro".

Estudió en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, enviado por su padre junto con sus hermanos Celedonio y Marcos. A pesar de presentar un alto grado de interés por la medicina, en 1858 ingresó a la carrera militar, con los despachos de alférez de artillería, sirviendo en la brigada de artillería "7 de octubre" del Regimiento 1º de Línea de Entre Ríos. Participó en la guerra entre Buenos Aires y la Confederación Argentina, producida entre 1859 y 1861, participó también en la de la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay entre 1865 y 1870, en la que murieron su padre y dos de sus hermanos.


Participó en la represión de la rebelión federal de Ricardo López Jordán en Entre Ríos en 1871, siendo su participación crucial en la batalla de Ñaembé. Al finalizar la Revolución de 1874 alcanzó el grado de general, tras vencer al general rebelde José Miguel Arredondo (quien respondía políticamente a Bartolomé Mitre) en la batalla de Santa Rosa.


A la muerte de Adolfo Alsina, su principal rival (y en ocasiones aliado) en el camino hacia la sucesión presidencial de Nicolás Avellaneda en 1877, Roca lo sucedió en el ministerio de Guerra. Presentó un proyecto al Congreso de la Nación el 14 de agosto de 1878 cuyo objetivo consistía en una guerra ofensiva contra los indígenas que habitaban la Patagonia, con el objeto de ampliar el territorio bajo soberanía efectiva de la nación.


Como Presidente


El 13 de junio de 1880 el colegio electoral le dio el triunfo a Roca quien asumió la presidencia en octubre bajo el sugestivo lema de "Paz y Administración". Las elecciones se habían realizado el 11 de abril de 1880, donde obtuvo 155 votos contra 70 de su oponente, Carlos Tejedor, en tanto que Francisco Bernabé Madero resulto electo vicepresidente. Con 37 años de edad, fue el segundo presidente más joven de la historia Argentina, precedido sólo por Avellaneda, con sólo unos meses menos al asumir su gobierno.

Ese mandato se extendería desde el 12 de octubre de 1880 al 12 de octubre de 1886. De esta manera comienza el periodo que se denominará "la Generación del '80".


Si bien su forma de gobernar está rodeada de polémicas y cuestionamientos hay obras de gobierno para destacar, muchas de las cuales aún son fundamentales en la vida cotidiana de los argentinos. En ese período se sancionó la Ley 1420, de educación común, obligatoria, laica, gratuita y gradual; logró el fomento de la exportación agrícolo-ganadera y se creó los Territorios de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chaco y Formosa.


Asimismo se propició la separación de la Iglesia del Estado, se firmó el Tratado de Límites con Chile, en 1881, que otorgó el dominio argentino sobre la Patagonia y daba origen a los territorios de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Se sancionó el Código Penal, se nacionalizó la Universidad Nacional de Buenos Aires. También se realizó l fundación de la Ciudad de La Plata, Capital de la Provincia de Buenos Aires y fue quien comenzó los estudios para la construcción del Puerto de la Ciudad de Buenos Aires.


Se puede contabilizar dentro de ese período la inauguración del Museo de Ciencias Naturales en la Ciudad de La Plata, la sanción de la Ley de Registro Civil, la fundación del Banco Hipotecario Nacional, se creó el Código de Minería y se sancionó de la Ley Orgánica de la Municipalidad, que estableció el primer gobierno comunal cargo de un Intendente y un Concejo Deliberante.


Marginada la oposición de la Unión Cívica tras la derrota de sus intentonas revolucionarias, Roca maniobra hábilmente para deshacerse de la oposición dentro de su partido. A la potencial candidatura de Roque Sáenz Peña opone la del padre de este, Luis Sáenz Peña, que resulta elegido para el período 1892-98. Pero privado del apoyo de Roca y en medio de problemas de control de la autoridad nacional, Sáenz Peña renuncia en enero de 1895 y es sucedido por su vicepresidente, José Evaristo Uriburu, mucho más obediente a las instrucciones del "Zorro". Roca brinda cierto soporte a Uriburu, ya que ve en él posibilidades de su propia reelección.


La segunda presidencia


A su primera presidencia lo sucedió su concuñado, Miguel Juárez Celman, aunque los resortes de la política nacional siguieron en buena medida en manos de Roca y su Partido Autonomista. A punto tal que Juárez Celman dirá, en su mensaje al Congreso de 1889: "No existe otro partido que el Partido Autonomista Nacional al cual pertenecen las mayorías parlamentarias y todos los gobiernos de la nación y sus estados".

Con una revolución en medio de su mandato, Juárez Celman acabaría renunciando en 1890, en medio, además, de una grave crisis económica y financiera; Carlos Pellegrini, quien completa el mandato y conduce hábilmente la salida de la crisis, se perfila como la figura opositora a Roca. Si bien animado por la misma concepción de "progreso" (creación de infraestructura, fomento de la inmigración, definición de un perfil agroexportador) que Roca, Pellegrini y otros políticos del autonomismo como Roque Sáenz Peña se plantean la necesidad de abandonar el caudillismo en la política y el fraude electoral como mecanismo de acceso al poder. Mediante esta postura desean abrir aunque sea un poco los canales de participación y aumentar el número de votantes.


Al mismo tiempo, la Unión Cívica de Leandro N. Alem se plantea como la alternativa revolucionaria y con ella se identifican los sectores medios urbanos. La Unión Cívica había encabezado sublevaciones en 1890, 1892 y 1893, aplastadas finalmente por el ejército nacional comandado por Roca y el general Ignacio Fotheringham.


Marginada la oposición de la Unión Cívica tras la derrota de sus intentonas revolucionarias, Roca maniobra hábilmente para deshacerse de la oposición dentro de su partido. A la potencial candidatura de Roque Sáenz Peña opone la del padre de este, Luis Sáenz Peña, que resulta elegido para el período 1892-98. Pero privado del apoyo de Roca y en medio de problemas de control de la autoridad nacional, Sáenz Peña renuncia en enero de 1895 y es sucedido por su vicepresidente, José Evaristo Uriburu, mucho más obediente a las instrucciones del "Zorro". Roca brinda cierto soporte a Uriburu, ya que ve en él posibilidades de su propia reelección.


Roca elimina las posibilidades de todos sus potenciales opositores, y finalmente es elegido para un nuevo período presidencial asumiendo el 12 de octubre de 1898 y finalizando su período el 12 de octubre de 1904 en medio de una tensa situación internacional con Chile.


Finalmente, Roca logrará la paz con Chile y la solución casi definitiva de todos los diferendos de límites con ese país mediante la firma del tratado de 1902.


La Casa Rosada como la conocemos

El germen de todo el conjunto que integra la actual Casa Rosada fue el Palacio de Correos y Telégrafos, inaugurado en 1876 por Nicolás Avellaneda. Su construcción comenzó en 1873 durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, quien contrató al arquitecto sueco Carlos Augusto Kihlberg para edificarlo en el terreno donde antes se levantaba el fuerte de Buenos Aires.

La Casa Rosada tal como la conocemos fue a partir de su gobierno

En 1882 Roca le encargó al arquitecto sueco Gustavo Enrique Aberg el ensanche de la Casa de Gobierno. La remodelación, cuyas obras finalizaron en 1884, conservó la residencia de los virreyes que quedó anexada a un nuevo edificio construido delante de la misma, con un frente similar al del Palacio de Correos y Telégrafos. A diferencia de este último, en el primer piso hay dos galerías abiertas y en el centro un balcón para el ceremonial de estado, famoso actualmente por haberlo utilizado algunas de las figuras más destacadas de la Argentina a lo largo del siglo XX.


Pocos edificios de la Ciudad de Buenos Aires han sido ampliados y transformados en tantas ocasiones como la Casa Rosada, sede del gobierno nacional y quizás una de las postales más conocidas de esa ciudad. Pocos saben también, que en el lugar en donde hoy se encuentra “la rosada” se erigía el fuerte de Buenos Aires -una fortaleza destinada a defender Buenos Aires y a ser sede de las autoridades coloniales españolas- o que el arco principal de la fachada que conocemos hoy fue en realidad un recurso de los arquitectos para unir dos construcciones separadas que luego de construido el arco, terminaron de dar forma al palacio gubernamental que hoy conocemos.


Ruptura de relaciones con el Vaticano


La acentuada política liberal impulsada por el gobierno, y concretada en iniciativas tales como la ley 1420 y de Registro Civil, motivo una activa campaña de la Iglesia en su contra. De ella participaron también algunos laicos, entre los que se destacaron José Manuel Estrada y Pedro Goyena y el propio nuncio apostólico monseñor Mattera. La reacción del gobierno fue terminante: el ministro Eduardo Wilde considero inaceptable la actitud del representante pontificio y lo expulso del país. Tal hecho motivo la ruptura de relaciones con la Santa Sede que no volvieron a establecerse hasta 1900.


Roca falleció en Buenos Aires el 19 de octubre de 1914 #AntesDeSerCalle





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