La vida de Osvaldo Cedrón se extiende entre 1942 y 2005. Arquitecto, especialista en programas públicos de gestión constructiva y con una amplia trayectoria en materia de vivienda y equipamiento comunitario para los sectores populares.
Militante peronista comprometido con su realidad y con su tiempo. Inventor y hacedor. Organizador nato, buen compañero, amante de los perros en general y sobre todo de los galgos, con los que gustaba ir a cazar liebres y mulitas
La calle 252 del barrio General Belgrano lleva su nombre desde que en sesión del Honorable Concejo Deliberante del Partido de General Pueyrredon se sancionó el 30 de abril de 2015.
El “Cholo”
Osvaldo Cedrón nació en la ciudad de Buenos Aires el 25 de abril de 1942 en el barrio de Pompeya. De familia mitad española y mitad italiana, su padre fue un personaje anarco-socialista que se dedicó a la mecánica de autos, fue electricista, ceramista,etc, y educó a sus hijos según su ideario libertario. Además era miembro del célebre clan familiar de los Cedron, Jorge el cineasta desaparecido, Alberto el artista plástico y “el Tata”, famoso músico de tango que brilló durante décadas en París.
El Cholo llegó a Mar del Plata de la mano de su viejo que pensaba que esta ciudad era "la utopía socialista" y pronto se chocó con otra realidad. Y habrá sido por esa realidad y por ese ideal que decidió comprometerse para que la ciudad fuera otra.
Cedrón participó en la Sociedad de Fomento del barrio junto con Carlos que, al revés que el Cholo, era profundamente radical. En una elección de la sociedad de fomento, después de contar los votos el Cholo viene corriendo, se abraza a Carlos y grita "¡Carlitos, le ganamo´a los radicales!". Todos nos reímos a carcajadas y Carlos le aclara "Pero Cholito, yo soy radical". El Cholo se queda un segundo pensando, lo vuelve a abrazar y le dice "No importa, somos del pueblo, del movimiento nacional y popular" recuerda Silvana Inés Lado de Cipolla.
La juventud de Cedrón
En su juventud la inclinación por el arte en general y las letras en particular lo llevaron a la creación de la célebre revista “Literatura y Sociedad”, con distinguidos escritores como Miguel Briante, Ricardo Piglia, Spunzberg y Juan Gelman entre otros. Toda su vida estuvo ligada a hombres de las letras como Rodolfo Walsh o Paco Urondo con quienes mantuvo una relación personal y además era ávido lector de Cesar Vallejo, Pablo Neruda y Carlos Fuentes.
Estudió en la Escuela Industrial, recibiéndose de Maestro Mayor de Obras y de arquitecto en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata.
Además, fue docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) desde la normalización democrática del 83, donde trabajo como docente regular y como profesor invitado en distintas cátedras así como también dictó cursos de postgrado. Además, fue polemista, conferencista y expositor en numerosos congresos, encuentros, talleres y seminarios de su especialidad. Fueron muy concurridos sus cursos Regionales de postgrado en Tierra y Vivienda donde los alumnos hacían un proyecto con una institución mutual, cooperativa, o gremial y se les facilitaba el acceso a un crédito para que pudieran construir sus proyectos.
Su práctica profesional en el ejercicio de la profesión lo llevó a estar relacionado internacionalmente con colegas de su especialidad y con arquitectos importantes del país y de la ciudad. En la primera etapa de su actividad en La Plata , Gran Buenos Aires y Capital Federal estuvo asociado con Juan Molina y Vedia, y el regreso a nuestra ciudad lo hizo de la mano de Justo Solsona, quien lo recomendó en la construcción del Estadio Mundialista. Después desarrolló su actividad en el estudio-casa de la calle Carballo y Estrada con sus históricos compañeros de Villa 7 , Hugo Santella y Vicente del Hoyo por citar solo a dos de los innumerables colegas que compartieron su trabajo.
En el ejercicio particular de la profesión, proyectó y dirigió innumerables obras como el Hospital Privado de la Comunidad, el Estadio Mundialista, viviendas unifamiliares y multifamiliares, algunas de las cuales merecieron premios del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires y de la Asociación de Arquitectos.
Fue, asimismo, activo militante gremial, en la fundación del gremio de Docentes Universitarios (ADUM) y del Colegio de Arquitectos donde fue miembro del Cuerpo de Jurados y Asesor de Concursos, así como ganador de varios de ellos, entre los que se destacan el de la Asociación de Arquitectos en la Categoría de Vivienda de Interés Social y el de Ideas para la definición del borde de la ciudad donde resultara ganador el equipo que dirigió.
La síntesis de su actividad se dio en la política, donde pudo reunir sus capacidades técnicas e ideológicas. Fue un militante empedernido del peronismo, y desde el peronismo revolucionario de los 70 hasta que murió, tuvo una opción preferencial por los pobres.
Ocupó distintos cargos en la función pública, como Delegado del Instituto de la Vivienda de la Provincia. de Buenos Aires, Responsable de proyecto en el Programa Arraigo de la Presidencia de la Nación y Secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Miramar.
Cedrón fue el iniciador, el armador y el personaje convocante de los grupos político técnicos del peronismo en sus distintas etapas, como del Instituto de Ciencia y Cultura para la Liberación, el Centro de Estudios y Proyectos para la Renovación Justicialista, entre otros.
Sus mayores logros profesionales fueron en el área de la vivienda popular, que cultivó en una dilatada trayectoria desde la célebre radicación de la Villa 7 en Mataderos en 1971, lugar de “peregrinación” de estudiantes y arquitectos, pasando por las programas de viviendas del Pro-tierra y Pro-casa de la Provincia de Buenos Aires hasta el armado de la Cooperativa “Nosotros Podemos”, hasta las últimas en el barrio de Constitución-Caisamar. Cambió el paradigma único y hegemónico del profesional liberal que hace una práctica de clase de su profesión, por un prototipo de arquitecto al servicio de los sectores mas desfavorecidos.
La experiencia de la Villa 7 o finalmente como se llamó, Barrio Justo Juárez, se hizo desde la Comisión Municipal de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires, y tuvo la virtud de cambiar el concepto de “erradicación” de villas por el de “radicación” en el mismo lugar y además por hacer participar a sus habitantes en las discusiones sobre el proyecto de sus viviendas y participar como obreros en la construcción, algunos de ellos del oficio y otros que se capacitaron técnicamente en esta experiencia.
El proyecto comenzó con la consolidación de la villa, construyendo pisos de cemento en los senderos peatonales entre las casillas, haciendo las canalizaciones de las aguas pluviales, colocando canillas de agua y construyendo una guardería para que las madres pudieran ir a trabajar e incrementar sus ingresos fuera de la villa o en la autoconstrucción de partes de sus viviendas. El proceso terminó con ciento veintidós familias alojadas en “tiras” de planta baja, uno de los logros arquitectónicos que el autor valoró más en esta obra fue el lenguaje y un sistema de signos que fuera comprendido por todos, así como la disposición del conjunto de “tiras” que generaban calles con una alegoría moderna y digna de las calles internas de una villa.
En vida, el “loco” o el “cholo” -como le decían- tuvo de parte del Honorable Concejo Deliberante un homenaje-distinción por iniciativa del Concejal y colega Marcelo Artime un Ordenanza en la cual se le otorga publico reconocimiento a su labor político-técnica.
Su participación como profesional tuvo como resultado la construcción de lo que actualmente es el Jardín Municipal nº23 del Barrio Belgrano, lo que le da un anclaje a su nombre con dicho barrio #AntesDeSerCalle
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