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Rudecindo Alvarado: Un héroe de la Independencia

¿Sabes quién fue Rudecindo Alvarado? Nació en Salta el 1 de marzo de 1792 y murió el 22 de junio de 1872 en Salta. Fue un héroe militar que adhirió a la Revolución de Mayo de 1810 y gobernador de la provincia de Salta (1829–1829).

La calle que lo homenajea se extiende desde el Parque San Martín (a metros de calle Alem) hasta la avenida Fermín Errea. En todo ese recorrido sirve para limitar los barrios Lomas de Stella Marís de Los Troncos, Estación Vieja Terminal con General Roca, Centro con San José, Plaza de Peralta Ramos con Funes y San Lorenzo, Don Bosco con Pinos de Anchorena y desde calle Italia se introduce en el corazón del barrio Bernardino Rivadavia, al cruzar la rotonda de Champagnat vuelve a dividir dos barrios; en este caso Las Lilas con Regional. A partir de la avenida Arturo Alió nuevamente se mete en el corazón de otra barriada, en este caso Belisario Roldán. Por último vuelve a ser frontera de otros dos barrios: Caribe y Jorge Newbery. Culmina en la mencionada Errea.

Más sobre Alvarado

Alvarado en 1812 participó en la batalla de Tucumán y, al año siguiente, en la de Salta, en ambas ocasiones a las órdenes del general Manuel Belgrano. Formó parte de la escolta de Juan Martín de Pueyrredon. Con José Rondeau se batió en Sipe Sipe. En agosto de 1816, junto a San Martín atravesó los Andes.

En 1818 se distinguió en Chacabuco; mandando el ala izquierda del Ejército que aseguró la independencia chilena, obligó al famoso regimiento de Burgos a rendirse por vez primera en Maipú. Su sereno coraje ante el desastre de Cancha Rayada salvó a gran parte del ejército. Creó la campaña al sur de Chile, para luego retornar a Mendoza para descansar sus tropas y obtener nuevos reclutas. Intrépidamente recruzó los Andes hacia Chile.


Organizo un ejército para la futura empresa de San Martín en el Perú, en prevención de que sus tropas se contagiaran de los motines de Cuyo. En 1820 pasó a ser comandante del famoso regimiento de granaderos a caballo.


En el Perú operó junto a Tomás Guido representando a San Martín en las reuniones previas a las negociaciones de Punchauca. Fue jefe del Estado Mayor de San Martín cuando Lima fue ocupada.

Alvarado en la última etapa de su vida

Permaneció al frente del ejército unido tras la renuncia y partida de San Martín del Perú. En octubre de 1822 emprendió la previamente planeada expedición de los puertos intermedios peruanos, con desastrosos resultados; sin embargo, tanto el gobierno peruano como Bolívar, lo excusaron.

Nombrado gobernador del Callao, hubo de hacer frente a una rebelión de la guarnición, que lo retuvo prisionero hasta después de la batalla de Ayacucho (1824).

Fue remitido a los españoles, se fugó, junto con otros prisioneros patriotas, al conocer las noticias sobre la victoria de Sucre en Ayacucho, para levantar a los bolivianos contra los realistas que quedaban. A su retorno a Lima, ya ganada la Independencia, Alvarado recibió de Bolívar los más altos honores, incluyendo el grado de gran mariscal del Perú.


Vuelto a la Argentina, Alvarado obtuvo distinciones y cargos, pero pronto comenzó su oposición a Rosas y a los caudillos locales. En 1831 Quiroga lo obligó a exiliarse mientras era gobernador de Salta.

En 1848 regresó, a su provincia natal con permiso especial de Rosas. Después de Caseros reanudó su vida pública. En 1854 fue nombrado ministro de la Guerra en el gobierno de Justo José de Urquiza (1853-1860), conforme a la nueva Constitución de 1853. Renunció para reasumir la gobernación de su provincia. Hasta sus últimos días #AntesDeSerCalle


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