José Gabriel Condorcanqui fue un revolucionario peruano, descendiente del último gobernante inca, Túpac Amaru, con el que fue identificado cuando dirigió la última revuelta india contra el dominio español.
Había nacido el 19 de marzo de 1738 y murió un 18 de mayo de 1781. Como todo hombre superior, fue muy discutido. Para muchos encarnó lo humano, lo noble, el verdadero idealismo. Para otros fue ambicioso, un ególatra. Pero lo que nadie podrá negarle, es que a fines del siglo XVIII, treinta años antes de la Revolución de Mayo, un 4 de noviembre de 1780, comenzó el movimiento de rebelión más grande en la Historia Colonial de América hasta ese momento.
Tupac luchó contra la feroz injusticia a que estaban sometidos sus hermanos indígenas, buscando para ellos un trato más humanitario. Era descendiente de un Inca, llamado precisamente, Tupac Amaru. Era un ferviente católico, circunstancia nada común, en los indios de su época. Estudió en la escuela para caciques de Cuzco, Perú
Mar del Plata le rinde homenaje oficialmente desde el 08 de octubre de 2015 cuando se sancionó la ordenanza 22425 que reglamentaba su nombre junto al de otros jefes de Pueblos Originarios. Tupac Amaru circula por el Bosque de Peralta Ramos desde Diagonal Los Incas hasta Los Puelches.
Se casó a los 20 años con una muchacha de 16 años: Micaela Bastidas, una de esas mujeres "especiales" que parecen destinadas a los hombres elegidos. Cuando egresó de la escuela para caciques, él ya sabía -lo que era también excepcional para su época- leer y escribir correctamente.
En 1770 -tenía 32 años- comenzó a preparar la Gran Rebelión, impulsado por la arbitrariedad de los conquistadores. Diez años después, sintió maduro el germen. España, dueña de la tierra, estaba además en guerra con Inglaterra en ese momento, lo que debilitaba su posición.
Arriaga, representante del Rey de España con el título de Corregidor, era un déspota, tan cruel como arbitrario. Mediante una celada, Tupac Amaru y sus hombres lo apresaron, en una ruta montañosa, un 4 de noviembre de 1780. Una semana después lo ahorcaron. Ya no podría haber, camino de retorno. Dos días después, llegó su primer triunfo militar. Estaba cerca de Cuzco, la residencia de las autoridades. Pero se tomó un tiempo. Esta decisión sería fatal. Los españoles la aprovecharon para rearmarse. Cinco meses después, fue derrotado, e incluso capturado con su esposa y su hijo.
En un primer momento se rebelaron contra el gobierno de las autoridades españoles, pero posteriormente derivó en una lucha por la independencia. Túpac Amaru se autonombró soberano del imperio inca y trató de negociar la rendición de Cuzco en lugar de asaltarla. No obstante, la reacción del imperio español fue militar.
Túpac Amaru y sus fuerzas fueron derrotadas y en abril de 1781 fue apresado, pese a que los levantamientos continuaban en diferentes puntos de la región. Sus enemigos trataron de que delatase a sus ayudantes crearon torturas refinadas: Lo obligaron a presenciar, primero la muerte de su hijo mayor, y luego la de su mujer, Micaela.
El líder indígena no habló y finalmente fue ejecutado el 18 de mayo de 1781. Tenía 41 años
Colocaron a Tupac Amarú, en el suelo y ataron sus manos y pies a 4 lazos, asidos cada uno de estos a la montura de 4 caballos. La intención era descuartizarlo. Fracasado este cruel sistema por su inesperada fortaleza física, el verdugo cortó su cabeza. Pero lo que no pudo cortar, fue la sed de justicia, que culminó sólo meses más tarde, con el indulto a los rebeldes, menos de 30 años después, con la Revolución de Mayo.
Pese a su muerte, su figura y levantamiento fueron un factor influyente en la lucha por independencia de Perú y de otras regiones americanas como posteriormente la que lideraría Simón Bolívar #AntesDeSerCalle
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