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Un Geólogo por las calles: Augusto Tapia

Resulta difícil definir a una personalidad tan significativa de la historia de la ciencia argentina, cuya memoria se guarda sólo en reducidos cenáculos. Augusto Pablo Calmels, colega de Augusto, ha realizado una biografía, que nos fuera comunicada por el bisnieto de Tapia, señor Augusto Dewey, de cuyo contenido extraemos los siguientes datos.

Augusto Tapia nació el 5 de abril de 1893 en la ciudad de Buenos Aires. Realizó sus estudios superiores en la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó de geólogo y perito agrícola ganadero. En el año 1915 se casó con Cecilia Marandet, y poco tiempo después ingresó como ayudante de geólogo de la Dirección de Minas, Geología e Hidrología del Ministerio de Agricultura. Actuó como observador meteorológico en la comisión de Orcadas del Sur del año 1920, y luego se reintegró a la Dirección, ya con el cargo de geólogo, ocupando diversos cargos, que culminaron con el de Director de la Dirección de Minas, Geología e Hidrología, entonces dependiente del Ministerio de Industria, acogiéndose a la jubilación en el año 1945.


La calle que lo recuerda en nuestra ciudad se encuentra en el barrio Parque Camet, circula paralela a la calle Fray Luis Beltrán.


Como geólogo, cumplió una enorme cantidad de campañas en el terreno, recorriendo la república desde Salta y Jujuy hasta la Antártida misma. Fue delegado argentino en el Congreso Internacional de Geografía de Amsterdam, asesor del Ministerio de Guerra y miembro de la Comisión Demarcatoria de Límites con el Paraguay, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores.


Su producción científica comienza en el año 1917, integrando la comisión de J. Keidel y R. Wichmann, que produjo un informe detallado sobre las posibilidades petrolíferas del golfo de San Jorge, así como también una propuesta para la solución de la provisión de agua potable para Comodoro Rivadavia. A partir de esta juvenil y liminar producción, más de cuarenta trabajos de investigación original sobre la geología y glaciología de nuestro país, orlaron su trayectoria.


Buenos es señalar que produjo muchos de sus trabajos asociado a los que podemos llamar padres de la geología argentina, como Groebber, y los ya antes señalados Keidel y Wichmann.


Una parte de sus trabajos de investigación editados, se detallan en el apartado “Bibliografía”.


Pero bueno es señalar además, que fue pionero en nuestro país en los estudios de hidrogeología, extendiéndose hasta el año 1962 su rica producción científica.


Dice su biógrafo que “al margen de su densa y fructífera actividad como geólogo de campo, Tapia fue un eximio docente. Entre los años 1924 y 1948 se desempeñó como profesor de Geografía Física Argentina en el Colegio Militar de la Nación y simultáneamente, entre 1931 y 1933, cumplió idéntica tarea en la Escuela Superior de Comercio Sur. Como profesor titular de Geografía Económica y Política Argentina, actuó en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata entre 1931 y 1946, en que fue separado de su cargo por razones ideológicas, y luego reincorporado en 1955, manteniéndolo hasta su muerte en 1966”.


Fue también titular de cátedra, por concurso, en la Universidad Nacional del Sur.


De su paso por la cátedra universitaria se recuerda su increíble capacidad para trazar los perfiles de cualquier latitud de la república. Luego de esbozar el mapa del país en el pizarrón, pedía a sus alumnos que le señalaran una latitud. Y acto seguido, diseñaba el perfil de esa latitud, totalmente de memoria, con su geología, flora y fauna, isohietas e isobaras medias anuales, nombre de los accidentes geográficos de esa latitud, y cornología de los materiales geológicos que en la misma se hallaban, todo ello de Este a Oeste. Sostenía la tiza con el pulgar y el muñón del dedo índice, mientras que en la mano izquierda, entre dos primeras falanges, mantenía permanentemente un cigarrillo encendido, compañero inseparable de sus campañas y sus cátedras. Dice su biógrafo: “De ese modo se hicieron famosas, en la unidad Académica mencionada (Universidad Nacional del Sur), las carpetas de perfiles de las clases del profesor Tapia”.


De la calidad humana de Tapia, de su entereza y de su amor a la ciencia, da cuenta la forma en que describe lacónicamente en el trabajo sobre glaciología argentina antártica, el terrible accidente sufrido en la soledad de la isla Laurie. Y lo hace en una llamada, al pie de la página catorce de su aporte, donde dice:


“La recolección de muestras de estos sedimentos, cuya presencia en parte se debe acaso a la deposición de polvo volcánico, no me ha sido posible efectuarla- como muchos otros de mis propósitos en esta campaña- debido a que cuando hice efectivas las excursiones sobre el caparazón de Laurie, ya me encontraba imposibilitado para dicha tarea. En julio de 1920 perdí por helamiento ocho dedos de las manos, menos los pulgares, lo que determinó mi relativa esterilidad en estos trabajos de campo”


Bibliografía:

De la rica producción científica del geólogo Augusto Tapia mencionamos los siguientes trabajos:


-Tapia, Augusto. Cartografía- Geología. Buenos Aires I, geología, Buenos Aires- General Belgrano- Mar del Plata, 1936


-Tapia, Augusto, Cartografía- Hidrogeología. Mapa hidrogeológico general de la República Argentina.. 1:5000.000, 1941


-Tapia, Augusto. Geología. Condiciones geológicas reinantes en la región de los llanos, perforación El Retamo, provincia de La Rioja. 1940 (Carpeta 61)


-Tapia, Augusto. Geología- Hidrogeología. Rasgos geológicos e hidrogeológicos del extremo norte del macizo de Velazco. Aimogasta y valle del río San Blas de los Sauces, provincia de La Rioja, 1940 (Carpeta 65)

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