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Qué sabemos de Remedios de Escalada


Muy poco sabemos de Remedios de Escalada, fuera de que nació en Buenos Aires en 1797; que se casó a los 14 años con José de San Martín; que tuvo una hija en 1816, en Mendoza, y que murió tuberculosa a los 26, en 1823. Su rostro quedó en dos miniaturas de época. En una aparece de rostro redondo, cabellera negra con tirabuzones y grandes ojos oscuros que miran inexpresivos al amanerado retratista y en la otra, posterior, ojos y rostro se nos antojan velados por la tristeza y el cansancio.

La calle 174 lleva su nombre desde 1961

La calle que recuerda a esta mujer que falleció muy joven es la ex 174; va desde Río Negro hacia el sudoeste y su nombre fue impuesto en 1961 durante el gobierno de Teodoro Bronzini por medio de la ordenanza Nº 1830 de ese año. En su trayecto forma parte de los barrios López de Gomara, al llegar a French (vías del ferrocarril) se corta y reaparece nuevamente en calle Necochea, ya en el barrio Nueve de Julio, sigue por San Cayetano, Las Lilas y Regional donde finaliza al cruzarse con avenida Juan B. Justo.

Su breve vida

María de los Remedios Escalada y Quintana de San Martín, nació en Buenos Aires el 20 de noviembre de 1797. Su padre Antonio José de Escalada, fue miembro de una familia patricia y patriota, que ocupó altos cargos públicos, así como fue su posición social y su riqueza, con un profundo compromiso hacia la Revolución de Mayo de 1810. Enviudó en 1784 y se casó en segundas nupcias con Tomasa de la Quintana y Aoiz, de un linaje cuyos miembros se habían destacado en la lucha contra los portugueses primero, y el invasor inglés después. De ese matrimonio nacieron cuatro hijos que fueron Manuel, Mariano, María de los Remedios y María de las Nieves.

Héctor Juan Piccinal en su libro “El matrimonio de San Martín” nos cuenta que “los Escalada eran el centro de la alta sociedad de aquella época gloriosa”. No tenemos muchos detalles sobre la personalidad de María de los Remedios, pero basta leer cualquiera de sus cartas para entender que la elegancia y claridad de su estilo, y de su letra, no pueden ser sino el fruto de una educación esmerada, como era de esperar viniendo de una familia principal y porque la buena educación era un hecho corriente en Buenos Aires, en la época...”. Continúa Piccinali, agregando que: “su nombre aparece en la Gaceta Ministerial del 26 de junio de 1812...” entre otras damas “...donantes de un fusil cada una para los ejércitos de la Patria”.

En tanto, en el libro “Remedios de Escalada de San Martín su vida y su tiempo” se agrega que “su instrucción, su refinamiento, y el halo de prestigio recibido por heredad, hacían de ella el ejemplo de la perfecta damita de su tiempo”.

Cuenta la tradición, que su padre la mimaba de tal modo, que no vivía sino consagrado a su educación, tratando de agradarle hasta en sus caprichos. Tenía 14 años cuando arribó a nuestras playas, tras larga ausencia el comandante San Martín y como la casa de los Escalada era un centro de los patriotas de la Revolución, fue de los concurrentes a ella, desde que manifestó sus intenciones de servir a la causa de la independencia.

(…)

El viejo Escalada, quizá entrevió en aquel soldado, la pasta de un gran general, y no tuvo inconveniente en aceptar los galanteos a su hija, a pesar de la diferencia de edad entre ambos, que era casi de veinte años. Ella, niña, no muy alta, delgada y de poca salud; él, de edad provecta, estatura atlética, robusto y fuerte como un roble.

Los Escalada necesitaban un militar en su círculo, y ninguno mejor para ser incorporado que este veterano valiente y pundonoroso. San Martín vinculándose a esta familia conquistaba posición y atraía a sus filas un cuadro de oficiales que, como sus hermanos políticos Manuel y Mariano (…) harían honor al regimiento que empezaba a formar.

El matrimonio se efectuó privadamente, el 12 de noviembre de 1812 (sic. 12 de septiembre) y fueron testigos “entre otros – dice la partida original- el sargento mayor de ‘granaderos a caballo, don Carlos de Alvear y su esposa Carmen Quintanilla’.

No habían pasado tres meses de esta ceremonia, cuando el teniente coronel San Martín tuvo ocasión de recoger el primer laurel de sus triunfos, junto al Convento de San Lorenzo (…)

(…)

Apenas llegó (San Martín) a la capital de Cuyo, Remedios fue saludada y agasajada por aquella sociedad y se hizo querer tanto que aún no se han olvidado las simpatías que inspiró en ella.

Su casa era alegre, hospitalaria; allí concurrían los oficiales, amigos del pueblo natal y los jóvenes de la localidad que se agregaron (…)

(…)

Un día del año 1819 (sic 1817) San Martín manifestó a su esposa que convenía regresase al lado de sus padres, y ella, tan tierna hija como obediente consorte, así lo hizo, llevando muy pequeña a la que después fue la señora de nuestro ministro en Francia, don Mariano Balcarce.

Remedios de Escalada se cruza con Balcarce con

Vivió en Buenos Aires, en casa de sus padres, esperando siempre la vuelta anunciada de su esposo. Estaba abatida y enferma, y la muerte de su padre agravó su malestar en 1822. Los médicos aconsejaron que saliera al campo, y fue con toda la familia a la quinta, donde falleció el 3 de agosto de 1823.

Murió como una santa – nos decía una de las sobrinas, que rodeó su lecho en los últimos instantes- pensando en San Martín, que no tardó en llegar algunos meses después, con amargura en el corazón y un desencanto y melancolía que no le abandonaron jamás.

En el cementerio de la Recoleta, hay un pequeño monumento de mármol que hizo levantar su esposo en 1824 y que dice: “Aquí yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del General San Martín” #AntesDeSerCalle

Fuente: “Patricias Argentinas” y “Dios y Patria” (Adolfo Carranza) // “Pinacoteca Virtual Sanmartiniana” (Julio César Estol - Editores Argentinos Asociados e Instituto Nacional Sanmartiniano) // “El matrimonio de San Martín” (Héctor Juan Piccinal) // “Remedios de Escalada de San Martín su vida y su tiempo” (Florencia Grosso)

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