Pocas figuras en la historia política argentina tienen la singularidad de la personalidad y trayectoria de Alfredo Palacios. Faro indiscutido popular de las juventudes de varias generaciones. Tenía apariencia de mosquetero con un acentuado y llamativo bigote. Fue un exquisito orador que cautivó a su público con su voz engolada y su verba florida. Se transformó en el primer diputado socialista en el continente americano además de un exponente cabal de los derechos sociales anticipándose en mucho a las tendencias mundiales en la materia.
Entre las críticas que recibió en su vida incomprensión ante los movimientos políticos populares argentinos contemporáneos, entre ellos el Yrigoyenismo y el Peronismo, a los que combatió duramente. No obstante su oposición a dichos movimientos no se fundaba en razones de clase o defensa de intereses y privilegios elitistas, ni mucho menos oligárquicos o transnacionales.
La calle que le rinde homenaje en el Partido de General Pueyrredon se encuentra exclusivamente en la ciudad de Batán. Tiene apenas unos 200 metros y se extiende de manera irregular. En Mar del Plata lo recuerda desde 2013 un busto en la Plaza San Martín, frente a la Facultad de Derecho, a instancias del Partido Socialista Autentico a instalar un busto de Alfredo Palacios en la Plaza San Martín.
¿Quién fue Alfredo Lorenzo Palacios?
Había nacido el 10 de agosto de 1880 en Bueno Aires. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires, de la cual fue profesor y hasta decano. Se afilió al Partido Socialista y fue elegido diputado en el año 1904.
Profesor y decano de las universidades de La Plata y Buenos Aires, donde creó la cátedra de derecho laboral. Se alejó del partido durante algunos años; aunque en 1932 se unió nuevamente a él y resultó elegido senador, cargo que desempeñó hasta 1943.
En 1946, renunció a sus cátedras como protesta contra el gobierno que conducía Perón y se autoexolió en Uruguay. Tras el golpe militar que derrocó a Juan Domingo Perón, regresó y fue designado embajador en Uruguay, más adelante fue representante en la Asamblea Constituyente de 1957.
Revolución Cubana
Al producirse la Revolución Cubana motivó nuevos ideales a los jóvenes y las izquierdas del mundo a los que no fue ajena la Argentina. Palacios hizo público su apoyo al movimiento y en unas elecciones complementarias para elegir senador por la Capital en 1961 y pese a su avanzada edad hizo una campaña activa y novedosa en la que le cantaba "En Cuba los barbudos, en Argentina los bigotudos. Vótelo a bigote" y se alzó con el triunfo y la banca del Senado.
Sin embargo tampoco entonces pudo cumplir su mandato ya que en 1962 otro golpe de Estado derrocó al presidente Arturo Frondizi y fue clausurado el Congreso.
Sin embargo, regresó una vez más al Congreso en las elecciones de 1963 que dieron el triunfo al presidente Arturo Illia, siendo entonces el diputado de mayor edad que debió presidir las sesiones preparatorias hasta la constitución de la Cámara.
En 1964 fue homenajeado en el Parlamento al cumplirse sesenta años de su primera elección como diputado por La Boca.
Sus luchas están relacionadas a los de las clases más humildes, para las que hizo aprobar varias leyes. Logró que se otorgara el descanso dominical, que se legislara sobre el trabajo de mujeres y niños y que se creara el Departamento Nacional del Trabajo (1907).
Autor de varias obras, entre las cuales destacan El nuevo derecho; La fatiga y sus proyecciones sociales; Las islas Malvinas; Esteban Echeverría, albacea del pensamiento de Mayo; La justicia social y La miseria, situación de las clases trabajadoras.
Alfredo Lorenzo Palacios falleció en la más absoluta austeridad; tal fue así que la casa en la que vivió hasta ese 20 de abril de 1965 había pertenecido a su madre y hasta había corrido peligro de remate si no fuera por el auxilio de sus amigos. #AntesDeSerCalle
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