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Fragata Sarmiento: el primer buque escuela moderno del país

La fragata ARA “Presidente Sarmiento” fue construida en los astilleros ingleses Cammell Laird y botada el 31 de julio de 1897. Tenía 2340 toneladas de desplazamiento y 21 velas largas que cubrían una superficie de 2160 metros cuadrados. Estas últimas eran reforzadas por velas que totalizaban otros 540 m² para ceñir el viento.

La calle que le hace honor tiene comienzo en calle Albert Einstein (barrio El Jardín de Stella Maris) y concluye al cruzarse con calle Transporte Bahía San Blas, en el barrio Parque Independencia.


Con una potencia máxima de 2.200 HP a 13,5 nudos; la embarcación llegaba a sobrepasar máximas de 15 nudos en el andar, cuando aparejaba con buen viento pujante. Para alimentar su máquina alternativa, había que palear durante las travesías hasta 350.000 kilos de carbón y para alimentar sus bocas de fuego, embarcaba 150.000 kilos de munición.


La modernidad de la época


La “Sarmiento” reemplazó a la corbeta “La Argentina” que luego de su cuarto viaje de instrucción para cadetes, fue observada por no poseer elementos modernos de náutica. El entonces comandante de la unidad, elevó al Jefe del Estado Mayor General de Marina, Contraalmirante Daniel de Solier, un proyecto para construir un buque-escuela para la Armada Argentina. Así, el 13 de septiembre de 1895, mediante decreto, el Capitán de Navío Manuel Domecq García fue designado comandante-inspector del buque-escuela.

El pabellón argentino, se izó a bordo por primera vez el 29 de junio de 1898 y zarpó de Liverpool (Inglaterra), a cargo del teniente Thorne, el 14 de julio de 1898, llegando a Buenos Aires el 18 de septiembre del mismo año.


El 12 de enero de 1899, la fragata ARA “Presidente Sarmiento” emprendió su primer viaje de instrucción, el cual fue el más largo, durando exactamente 626 días. Al mando del Capitán de Fragata Onofre Betbeder, llevó a bordo a las promociones 23, 24 y 25 de la Escuela Naval Militar.


El buque-escuela, fue despedido en esa oportunidad por el Presidente de la República, los ministros nacionales, y altos funcionarios de la Armada. Pasado el mediodía, la tripulación formada en cubierta escuchó la lectura de un discurso del ministro de Marina. En un fragmento del mismo expresaba:


“Aparte de la importancia que en sí tiene esta campaña, cuyo principal fin es completar la educación científica y profesional de los futuros oficiales de nuestra escuadra, tiene también la de dar a conocer en el extranjero el grado de civilización de nuestro país y los adelantos intelectuales y materiales de nuestra joven Marina, en pleno período de crecimiento (…).

El 12 de enero de 1899 su primer viaje

Señores guardiamarinas: vais a conocer la profesión bajo su faz más ruda: aprovechadla; ello es lo que formará vuestro carácter; tened presente que de las aptitudes que demostréis en esta campaña, dependerá en gran parte el éxito de vuestra carrera en el futuro; sed disciplinados y estudiosos y habréis correspondido dignamente a los sacrificios que el país hace por vuestra educación (…)


Tripulantes de la «Sarmiento». Hago votos porque vientos propicios os acompañen y abrigo la confianza de que en todas partes haréis honor a vuestro uniforme; que vuestra conducta caballeresca y correcta en los pueblos que vais a visitar, inspirará cariño y respeto a ese emblema querido de la Patria que flamea al tope, cubriendo con su sombra generosa este pedazo de suelo argentino en el que vais a cruzar los mares, acompañados del afectuoso recuerdo de vuestros compatriotas que os desean felicidad y éxito en la campaña.»


A lo largo de 20 meses, tomó amarras en 71 puertos de Sudamérica, Asia, Oceanía, África, Europa, América del Norte, Centroamérica y el Caribe. La dotación estaba conformada por 320 hombres, entre ellos los 60 oficiales de la Plana Mayor, 98 grumetes de 16 y 17 años, 4 contramaestres y 15 cabos de mar españoles, filipinos y caboverdinos y las tres promociones de guardiamarinas en comisión.


La singladura implicó el recorrido de 48.500 millas náuticas, más de la mitad de ellas se navegaron a vela. En el inicio de su travesía, el 15 de febrero fue testigo del memorable “abrazo del estrecho”, entre el presidente argentino y su par de Chile.


La nave, de 85 metros de eslora (largo) y trece metros de manga (ancho), participó de la apertura del Canal de Panamá y de las inauguraciones de las estatuas del General San Martín en Boulogne Sur Mer, y del General Belgrano en Génova; las coronaciones de los reyes Eduardo VII y Jorge V de Gran Bretaña, y de Alfonso XIII de España; más el Centenario de la Independencia de México.


Museo Fragata Sarmiento en Puerto Madero

Asimismo, fue testigo del encuentro de los presidentes Roca y Errázuriz en Punta Arenas, Chile. En nuestro país, intervino en la Gran Revista Naval del Centenario de la Revolución de Mayo. También acudió a Rosario en 1957, con el fin de sumarse a la inauguración del Monumento a la Bandera.


Casi todos los presidentes argentinos abordaron la nave en su época de esplendor (comenzando por Roca, presente en la primera salida). La mayoría, en Puerto Madero. Alvear y Aramburu lo hicieron también en Mar del Plata, mientras que Figueroa Alcorta caminó por su cubierta en Buenos Aires y en Puerto Belgrano.


La Sarmiento zarpó hacia su último viaje de aplicación el 18 de abril de 1939 #AntesDeSerCalle



Fuentes: La Gaceta Marina // Diario La Nación //

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