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Juana Manuela Gorriti: la primera novelista del país

Juana Manuela Gorriti fue una narradora, ensayista, periodista, educadora y recopiladora, es considerada la primera novelista argentina, precursora de la novela de ficción en el país.


Nació en la estancia fortificada de Horcones (Orcones) ubicada a 12 km al Noreste de la ciudad de Rosario de la Frontera, Salta, el 15 de junio de 1818, en plena época revolucionaria, en el seno de una familia dedicada al agro, a la ganadería y a la causa de la Independencia Nacional.

Hija del general jujeño José Ignacio Gorriti y Feliciana Zuviría, tucumana, por otra parte fue sobrina del célebre político y canónigo, también jujeño, Juan Ignacio Gorriti.

Siendo su padre unitario, su familia se vio obligada a emigrar a Bolivia durante el tiempo en que el poder en Argentina estuvo hegemonizado por Juan Manuel de Rosas.


La ordenanza que posibilitó realizar el homenaje a Gorriti es la 2583 y fue sancionada el 29 de julio de 1965. Desde ese día se le impone el nombre de Juana M. Gorriti, a la calle 158, de Río Negro a Av. Coelho de Meyrelles aunque tiempo después otra ordenanza (6553) le modifica su terminación y amplía su nombre completo al nomenclador. Quedando de esta manera desde Río Negro hacia el N.E. y finalizando en la calle Estrada con altura 2100.


Desde el 0 al 2100 (Estrada) la calle Juana Manuela Gorriti pertenece a los barrios Los Pinares y Estrada.


Su casamiento a los 15 años


La escritora estudió y aprendió a hacerse fuerte en el destierro. A los 15 años se casó en 1833 en La Paz sin pompas ni ostentación, con el capitán Manuel Isidoro Belzú Humérez (o Belzunce según aparece algunos testimonios escritos); un hombre un oficial del ejército boliviano que le llevaba varios años de diferencia. De esta unión nacieron dos hijas, Edelmira y Mercedes.

Las desmedidas ansias de poder de Belzú lo llevaron a conspirar contra el gobierno boliviano. Esto le costaría el destierro a Perú junto a su familia. Al parecer Juana Manuela tuvo tantos problemas para adaptarse a su vida de casada como los tuvo en su infancia para ser pupila dócil en el convento de Salta. Años después, incluyó una serie de memorias de estos días en su colección titulada “Misceláneas”.


De vuelta a Rosario de la Frontera


Juana Manuela Gorriti hizo un viaje a Horcones, Rosario de la Frontera, en el año 1842, cuando tenía 26 años de edad. Se dice que vino disfrazada de hombre. Después retornó a La Paz, Bolivia, donde se dedicó a la crianza de sus hijas y a escribir.


Su retorno al añorado Horcones no fue feliz como ella había imaginado que sería, pues de su casa sólo halló ruinas. Inspirada por esta experiencia escribió la desgarradora página donde llora embargada por el dolor de la añoranza:


“Orcones, hogar paterno, montón informe de ruinas habitado sólo por los chacales y las culebras, ¿qué ha quedado de tu antiguo esplendor? Tus muros yacen desmoronados, los pilares de tus galerías se han hundido cual si hubieran sido edificados sobre un abismo. Apenas si las raíces sinuosas de una higuera y el bronceado tronco de un naranjo señalan el sitio de tus vergeles. A la ruidosa turbulencia de tus fiestas, ha sucedido el silencio de la soledad. Tus avenidas están desiertas y la yerba del olvido crece sobre tus umbrales abandonados.

"Un día la fatalidad penetró en tu alegre recinto, arrebató a tus huéspedes desprevenidos y los esparció a los cuatro vientos del mundo. ¿Qué fue de ellos? Unos cayeron agobiados de cansancio, otros marchan aun en las penosas sendas de la vida. Si un día los llamaras, algunos responderían con un gemido; por los más, hablaría sólo el silencio de la tumba. Es fama que sus almas, bajo el blanco sudario de los fantasmas, vagan en la noche renovando entre tus escombros, el simulacro de tu existencia.”


Juana Manuela Gorriti (de “Güemes”-“Recuerdos de Infancia”)


Viudez


Belzú, con su talento y carisma logró fanatizar a las masas, provocando una adhesión sin límites hacia su persona. Las multitudes de indígenas y mestizos de La Paz lo veneraban llamándolo el "Tata Belzú" (papá Belzu). El 26 de marzo de 1865 se produce un levantamiento popular que tomó la ciudad de La Paz, ocupando los edificios públicos y declarando depuesto al dictador Mariano Melgarejo y proclamando a Belzú como presidente.


Melgarejo, sable en mano, al frente de una pequeña división de coraceros, secundados por el coronel Narciso Campero Leyes, se abrió paso desde las lomadas de El Alto hasta la Palacio de Gobierno frente al cual, en la Plaza, la multitud se emborrachaba como festejo del triunfo.


Melgarejo ingresó al Palacio y desoyendo las súplicas de Campero, ultimó de un disparo a Belzú, tomó el cadáver ensangrentado y lo presentó a la multitud. Melgarejo interrogó "Belzú ha muerto ¿quién vive ahora?", la multitud horrorizada respondió "¡Viva Melgarejo, ¡Larga vida a Melgarejo!". Narciso Campero en sus memorias describe que luego de éste hecho, el cadáver de Belzú fue ultrajado y abandonado en el primer piso del Palacio, hasta que su esposa Juana Manuela Gorriti se presentó para reclamarlo.


Ante estos trágicos sucesos, la escritora traza una línea al pasado y lo despide con elocuentes palabras: "El 27 de marzo de 1865, dos días después de la fecha de la carta de Ud., Belzú, mi marido, el hombre que enlutó mi destino entero, vencedor de un combate en el que el pueblo derrotó al ejército, fue asesinado por el general que mandaba éste. Vinieron a decirme que Belzú había caído atravesadas las sienes de un balazo, y yo corrí en medio del combate; llegué hasta donde yacía el desventurado ya cadáver, lo levanté en mis brazos y en ellos lo llevé a casa: a ese hogar que él había abandonado tanto tiempo hacía! Con mis manos lavé su ensangrentado cuerpo, y acostándolo en su lecho mortuorio, lo velé y no me aparté de él hasta que lo coloqué en la tumba. La misión de la esposa parecía ya acabada; mas he aquí el pueblo que me rodea y me pide más: me pide que lo vengue. Sí: lo vengaré con una noble y bella venganza, haciendo triunfar la causa del pueblo que era la suya".


La Heroína del 2 de Mayo


Cuando los españoles sitiaron el Callao en Perú, el 2 de mayo de 1866, Juana Manuela Gorriti se alistó en el ejército como enfermera de la resistencia peruana, pero fue al frente de combate y asistió a los heridos. Los españoles fueron finalmente rechazados.


En virtud de su actuación, a Gorriti le fue concedida la condecoración más importante otorgada por el gobierno peruano al valor militar: La Estrella del 2 de Mayo.

Luego siguió publicando novelas y ensayos; una serie de sus novelas apareció en 1874 en “El Álbum” de Lima. Junto al poeta Numa Pompilio Yona fundó el periódico “La alborada de Lima”, transformándose así en la primera periodista oriunda de Rosario de la Frontera. En febrero de 1875 salió de Lima, pasó por Valparaíso (Chile) y Montevideo (Uruguay), y se encaminó a la Argentina.


En 1874 se estableció en Buenos Aires, donde se dedicó a recopilar e imprimir su producción y a escribir relatos autobiográficos, como el texto titulado "Lo íntimo", editado luego de su muerte, acaecida en Buenos Aires, en 1892.


En 1879 regresa a Lima donde fallece su hija Mercedes. Entre 1880 y 1886 la encontramos transitando entre Lima y Buenos Aires. En 1886, anciana y enferma regresó desde Buenos Aires a Salta en ferrocarril, acosada por el presentimiento de la muerte, para visitar los escenarios de su infancia.


Con ella se cierra la etapa de los precursores de la novela argentina, pues los cimientos de la actual están en la generación del 80 configura un siglo de avance por el sólo hecho de haber tenido que valerse por sí misma, y encontró un mundo hostil e insensible a sus aspiraciones.

Juana Manuela Gorriti se ha hecho célebre no solo por su vida llena de vicisitudes y por su innegable valor como literata, y por ser en su madurez una política progresista sino por su interesante libro de arte culinaria llamado "La cocina ecléctica", tal libro además del valor gastronómico, actualmente tiene un gran valor documental ya que aporta muchas recetas folclóricas argentinas, de otros países latinoamericanos e incluso cocina europea de su época.


Su muerte

Juana Manuela padeció de neuralgias durante varios años y murió de pulmonía la mañana del 6 de noviembre de 1892, a los setenta y seis años de edad, en Buenos Aires. Varios diarios de Buenos Aires, de Lima y de La Paz dedicaron numerosos artículos en homenaje a Gorriti y su obra, destacando su lucha y su presencia como mujer. El primer destino de sus restos fue un mausoleo de la familia Puch (sus parientes, pues una de sus hermanas estuvo casada con don Manuel Puch) en el cementerio de La Recoleta y en 2006 fue trasladada al Panteón de las Glorias del Norte, en la Catedral de la ciudad de Salta.

El 14 de junio de 2012, por Ley N° 7728, se estableció el 6 de noviembre "Día del escritor Salteño” en conmemoración del fallecimiento de los escritores Juana Manuela Gorriti (de Rosario de la Frontera) y Juan Carlos Dávalos #AntesDeSerCalle

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