Luis Federico Leloir nació el 6 de septiembre de 1906 en París, a pocas cuadras del Arco del Triunfo. A los 2 años su familia se trasladó a vivir en nuestro país donde realizó sus estudios primarios, en la escuela estatal Catedral al Norte, y la secundaria en tres colegios: Lacordaire y del Salvador, en la Ciudad de Buenos Aires, y el Beaumont, en Inglaterra.
Comenzó a estudiar arquitectura en el Instituto Politécnico de París, pero cambió de rumbo: a sus 26 años se recibió de médico en la UBA y luego, con la intención de conocer y profundizar sobre los procesos biológicos, se dedicó a la investigación, en el Instituto de Fisiología.
Las calles Calles 52 y 138 de la ciudad de Batán llevan su nombre desde el año 1994.
Camino al Nobel
Su tesis doctoral, "Suprarrenales y el metabolismo de los hidratos de carbono", realizada bajo la dirección de su maestro y mentor Bernardo Houssay, fue distinguida en la Facultad como la mejor del año y lo ubicó en la senda del metabolismo de los azúcares y de la síntesis del glucógeno.
Más tarde, se trasladó a Cambridge (Inglaterra), para continuar con un posgrado en el Biochemical Laboratory y de vuelta en la Argentina fue profesor de Fisiología en la cátedra de Houssay y después de unos años trabajando en el laboratorio de Carl Gerty Cori, en los Estados Unidos y más tarde, en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia regresó al país para trabajar en el Instituto de Biología y Medicina Experimental.
Años, libros y muchas investigaciones después, Houssay le propuso a Leloir ser director de otro organismo: el Instituto de Investigaciones Bioquímicas - Fundación Campomar (en la actualidad, Fundación Instituto Leloir), que fue creada el 7 de noviembre 1947.
Leloir lo dirigió durante 40 años y allí inició uno de los capítulos más importantes de producción científica que culminaría con la obtención del Premio Nobel de Química en 1970.
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