Hijo de Patricio Peralta Ramos y Cecilia Robles y Olavarrieta, Eduardo Peralta Ramos o “Pitín” como era conocido por los más cercanos, nació en Buenos Aires el 12 de octubre de 1850, en el seno de una familia de 14 hijos. Llegó al Puerto de Laguna de los Padres a los diez años de la mano de su padre, Patricio y a su hermano mayor, Jacinto. Vinieron con el objetivo de reconocer las 32 leguas cuadradas de tierras que había comprado a José Cohelo de Meyrelles y que escrituraría el 26 de septiembre de 1860.
En 1878 se casó con Carolina Barreyro Bavio, cuñada de su hermana Mercedes, con la que tuvo 9 hijos: Rafael, Cecilia, Juan Carlos, Eduardo, Adela, Carolina, Sara, Enrique y Oscar. En 1881, hace sociedad con Pedro Luro para explotar La Proveedora, primitivo almacén de ramos generales fundado en época del Saladero por Cohelo de Meyrelles. En este período los Peralta Ramos – Luro, son dueños en forma compartida de la tierra de Mar del Plata.
1895 lo encuentra siendo Juez de Paz y dos años más tarde, Intendente cargo que ejerció durante dos años. Durante su mandato se da impulso a mejoras urbanas como el empedrado de calles y la provisión de alumbrado público a través de la empresa Roux y Deyacobbi y Cia En 1887 muere en Mar del Plata Patricio Peralta Ramos.
Ese mismo año, Eduardo, construye su casa en lo que hoy es Av. Luro y La Rioja (actualmente CitiBank) y en donde vivieron más de una generación a lo largo del siglo. Parte del parque actual en la parte posterior es del jardín original de la esquina que mira al oeste de Luro y La Rioja. Tras terminar la sociedad con Pedro Luro en 1885 Eduardo se dedica al negocio inmobiliario; fracciona y vende lotes heredados en el pueblo.
En la gestión pública
Eduardo fue intendente del Partido de General Pueyrredon en 1897 y 1898. Bajo su gobierno se hicieron numerosas obras, entre las que sobresalieron la pavimentación de 100 cuadras con empedrado común, la extensión del alumbrado a kerosene y la inauguración del primer alumbrado eléctrico en diciembre de 1898.
Durante su intendencia se rectificaron las líneas de edificación de las costas del mar y del arroyo, lo que significó ganar para la municipalidad numerosos ensanches cuyas ventas financiaron las obras emprendidas. Además, generó la división del pueblo en dos partes: la norte y la sur, separadas por la avenida Luro, y la creación de las respectivas comisiones de fomento integradas, -casi enteramente, por caballeros porteños. Esta medida favoreció las obras urbanas en la zona veraniega del pueblo, lo que animó a nuevos veraneantes a construir buenos chalets que proporcionaron trabajo a mucha gente y dio prestigio al balneario que Mar del Plata ostentó durante muchos años.
Eduardo Peralta Ramos, falleció a los 67 años en Córdoba, donde se hallaba radicado desde los 64 por razones de salud. Su deceso se produjo el 9 de julio 1917; el intendente de ese momento decidió cumplir con su voluntad y decidió traer su cuerpo para la ciudad de Mar del Plata.
Hijo del fundador de esta ciudad, Eduardo fue un ciudadano distinguido, que ocupó puestos principales de la administración en el orden municipal: Intendente, Presidente de la Municipalidad del Partido y Concejal; en el Escolar, como Presidente y Consejero, y en lo Judicial, como Juez de Paz, entre otros cargos directivos.
El cuerpo de Eduardo es el único Peralta Ramos de la familia original que descansa eternamente en nuestra ciudad. No está en ninguno de los cementerios, su tumba está en la loma de Santa Cecilia, quien pase por la capilla podrá observar en el suelo, su nombre, parte escrito en latín.
La calle que lo recuerda nace en la avenida Juan B. Justo (sería la continuación de Tierra del Fuego), atraviesa los barrios Bosque Alegre, El Gaucho, San Antonio, Bosque Grande (con una interrupción a la altura de Vértiz) y Las Heras con un corte por las viejas vías del ferrocarril hasta llegar a Mario Bravo
Fuente: Barili, Roberto T. Mar del Plata, Ciudad de América para la Humanidad. Municipalidad de Gral. Pueyrredon, 1964 // Blog En Letra de Molde de Virginia Etcharren “Eduardo Peralta Ramos” - Fotos Diario La Capital