La Batalla de Maipú o Maipo fue el hecho bélico que aseguró la independencia de Chile y es vista por el mundo como un ejemplo de táctica y estrategia. De hecho, se ha estudiado en las escuelas más importantes de mundo.
El plan de José de San Martín consistía primero en cruzar por tierra hacia Chile desde territorio argentino y liberar al país trasandino. Lograda la Independencia de Chile, avanzar en una operación anfibia hacia el Perú para tomar Lima y destruir el foco más fuerte de poder realista que ponía en serios riesgos los esfuerzos independentistas.
Por último, una parte que no pudo lograrse fue que fuerzas militares argentinas confluyeran desde el Alto Perú sobre Lima, en maniobra de pinzas, uniéndose a las fuerzas del Libertador. Nuestra situación política interna, en plena anarquía del año 1820, no dejó que pasara.
"La Patria es libre", escribió el Libertador en su parte de batalla
En Mar del Plata, la arteria que recuerda ésta batalla, circula paralela hacia el norte de la avenida Libertad. Su numeración va del 3100 (Av. Patricio Peralta Ramos al 900) hasta el 10.600 (República de Nicaragua). A lo largo de su trayecto forma parte de los barrios La Perla, Nueva Pompeya, Villa Primera, Nueve de Julio, Malvinas Argentinas, Libertad y Florentino Ameghino.
Desde que San Martín pensó su plan en 1814 hasta la consumación de la Independencia del Perú pasaron siete años.
En territorio chileno obtuvo primero una importante victoria en Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, de la que el año próximo conmemoraremos su Bicentenario. Al año siguiente sufrió una derrota sorpresiva en Cancha Rayada, el 19 de marzo de 1818. Y a escasos días de ese momento amargo para el Ejército Libertador Unido Argentino-Chileno, San Martín daría muestras de su genio militar, superando con decisión las adversidades. Ello ocurriría en Maipú, el 5 de abril de 1818.
Maipú: se pusieron en juego situaciones definitivas y definitorias
Las situaciones definitivas, eran porque una derrota en Chile hubiese dejado a las Provincias Unidas del Río de la Plata como foco revolucionario aislado y a los realistas dominando aún el océano Pacífico. Era imperioso ganar para que las acciones independentistas que conducía San Martín en el sur del continente confluyeran con los esfuerzos bélicos desarrollados por Bolívar desde el norte.
Entre las situaciones definitorias, el triunfo despejaría el camino a concluir, con mayor rapidez, la emancipación sudamericana, que se alcanzaría en forma definitiva en la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824.
En Maipú se enfrentaron el Ejército Unido Argentino-Chileno comandadas por los generales José de San Martín y Mariano Osorio respectivamente contra las fuerzas realistas que respondían al monarca español Fernando VII.
Distintas fuentes bibliográficas confirman que el Ejército Unido contaba con unos 6000 hombres y 21 cañones, en tanto que los realistas con 5000 hombres y doce cañones. La batalla se desarrolló cerca del mediodía. Las fuerzas rompieron fuego con la artillería de Manuel Blanco Encalada, pero pronto San Martín advirtió que los realistas habían tomado una posición defensiva y decidió iniciar el ataque.
Envió las fuerzas atacando el centro y la derecha de los españoles, al tiempo que Juan Gregorio de Las Heras comandó el ataque por las fuerzas colocadas en otro cerro.
La fuerza conjunta argentino-chilena tomó un cerro, amenazando la izquierda realista. En forma simultánea, los ataques patriotas no parecían poder doblegar las líneas realistas y la batalla se encontraba empatada. Ante esta situación, San Martín decidió enviar los batallones de reserva a la batalla con órdenes de atacar y cargar por todos los flancos y el centro realista.
En el flanco izquierdo, Las Heras y sus hombres en conjunto con un grupo del Regimiento de Granaderos a Caballo tomaron la posición española en el cerro a su izquierda. Los defensores realistas debieron replegarse al centro del otro cerro donde todavía se desarrollaban combates encarnizados.
Todas las fuerzas de Las Heras y otras se concentraron en atacar la izquierda realista. En tanto, con un movimiento oblicuo, los patriotas cargaron sobre la derecha y el centro enemigo.
Osorio, el comandante español, creyéndolo todo perdido se retiró con su caballería buscando salvar su vida. José Ordóñez, otro jefe realista, nunca se resignó a perder la batalla y organizó maniobras con las que sólo consiguió desorganizarse más, a raíz de lo estrecho del terreno.
En estas circunstancias, la mayor parte del ejército patriota subió al llano donde sólo quedaban los cuatro batallones españoles, Burgos, Arequipa, Concepción e infante Don Carlos (Real de Lima), rodeados por todas partes. A pesar de esa situación adversa, se resistieron a rendirse o a huir. De uno de estos batallones partió el grito: "Aquí está el Burgos. Dieciocho batallas ganadas, ninguna perdida", mientras sus integrantes hacían ondear su estandarte victorioso en diversos combates, entre ellos en la batalla de Bailén (librada en España el 19 de julio de 1808, en la que el propio San Martín había participado). En ese contexto tan trágico como difícil, los otros batallones realistas, decidieron resistir de la misma manera.
Los batallones formaron el cuadro para resistir a la caballería. Los cazadores a caballo fueron rechazados, pero al formar el cuadro se convirtieron en un blanco más fácil para los fusiles de los infantes patriotas. Los realistas comenzaron a sufrir el duro ataque causado por la fusilería y a continuación el 1º chileno cargó, para ser rechazado. El 7º de Los Andes lo intentó a su vez y fue asimismo rechazado. Las filas españolas, llenas de muertos y heridos, no abandonaban la posición.
Los cuadros realistas, unos dos mil efectivos, comenzaron a moverse, retirándose hacia el caserío de Lo Espejo dirigidos por el general Ordóñez. Durante el movimiento fueron atacados continuamente, dejando un gran número de caídos a lo largo de su trayecto, pero no rompieron las filas y mantuvieron el orden. Con la artillería ya a corta distancia y la metralla rompiendo las filas, las diezmadas fuerzas realistas se fueron retirando del campo de batalla, hostigadas por todas partes.
San Martín comentaría tiempo después: "Con dificultad se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más sostenido, y jamás se vio una resistencia más vigorosa, más firme y más tenaz", haciendo justicia a la bravura y honor tanto de propios como de enemigos.
Los granaderos de Primo de Rivera también se retiraron hacia el caserío de Lo Espejo. Soportaron ocho cargas enemigas y sufrieron un tercio de las bajas, pero guardaron la formación y llegaron al caserío. Estando los realistas agrupados allí, se produjo la llegada de Bernardo O'Higgins al campo de batalla, con mil hombres.
El batallón de cazadores de Coquimbo se lanzó contra el caserío, creyendo que los fatigados realistas cederían. Las descargas de fusilería y de dos cañones produjeron 250 bajas entre los españoles, lo que causó su retirada.
San Martín ordenó concentrar la artillería. Se juntaron diecisiete piezas y arrasaron Lo Espejo. Los restos que aún quedaban de los batallones españoles soportaron el fuego. Apoyados por las piezas de artillería capturadas, los patriotas se lanzaron al asalto definitivo. Los escasos defensores que quedaban en el caserío fueron prontamente batidos. Ordóñez y Primo de Rivera se rindieron.
La victoria patriótica
Cerca de 1000 fueron las bajas de los patriotas. Los realistas perdieron el doble y 3000 prisioneros y una buena cantidad de armamento capturado. El general chileno Bernardo O'Higgins, estando convaleciente a causa de una gran herida sufrida en Cancha Rayada, se había presentado al campo de batalla poco antes de terminado el último ataque contra los realistas.
San Martín y O'Higgins se abrazaron victoriosos, escena recreada en el óleo del pintor trasandino Pedro Subercaseaux que forma parte del patrimonio del Museo Histórico Nacional de Buenos Aires: El abrazo de Maipú. O'Higgins dijo a San Martín: "¡Gloria al salvador de Chile!" y éste respondió: "General: Chile no olvidará jamás el nombre del ilustre inválido que el día de hoy se presentó al campo de batalla en ese estado. Gracias a esta batalla se aseguró la Independencia de Chile." #AntesDeSerCalle
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