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Perito Moreno es Francisco Pascasio

Francisco Pascasio Moreno nació en Buenos Aires el 31 de mayo de 1852. Su pasión por la naturaleza, por su tierra y en particular por la Patagonia, constituyó motivaciones fundamentales que marcaron su accionar.

Fue sin duda el más importante viajero argentino a las regiones patagónicas. Recorrió esos parajes no sólo por una fuerte e innata atracción por la investigación y la aventura, sino también por un acendrado patriotismo. En “Viaje a la Patagonia Austral” narra las vicisitudes de un viaje que reconoce como ilustres antecesores a Charles Darwin en la expedición comandada por Fitz Roy y a George Musters.


La calle con su nombre la podemos encontrar en el barrio El Tejado, en la zona de Estación Camet y como avenida paralela a la Autovía Juan Manuel Fangio.


El explorador


Exploró la Patagonia desde Carmen de Patagones, por el valle del río Negro y el Limay, hasta el lago Nahuel Huapi y la cordillera de los Andes. El 20 de enero de 1876 el perito llega al lago Nahuel Huapi e iza allí por primera vez la bandera argentina. La Sociedad Científica Argentina fue quién le solicitó explorar la Patagonia.


En ese viaje reconoció el río Santa Cruz hasta sus fuentes, en el cual descubrió el lago San Martín.


Posteriormente retornó a la Patagonia y emprendió una nueva expedición por la zona de los lagos. Por sus conocimientos acerca de la región andina austral, fue designado perito de la comisión de límites entre la Argentina y Chile en 1902. Las valiosas colecciones científicas reunidas en sus viajes las donó para constituir el Museo Antropológico y Arqueológico de Buenos Aires, del cual fue nombrado director. Sobre esta base se creó, en 1884, el Museo de La Plata, con nuevas colecciones donadas también por Moreno.


Sus obras


Entre sus trabajos publicados existentes se destaca Viaje a la Patagonia austral; Viaje a la región andina de la Patagonia; Apuntes preliminares sobre una excursión a los territorios de Neuquén.


En 1910, fue elegido entre un grupo selecto de ciudadanos diputado nacional. Su paso por el congreso fue breve pero feliz en iniciativas vinculadas algunas con un tema por el que había manifestado en los últimos tiempos particular interés, la educación. Tanto fue así, que en 1911, renunció a su banca para aceptar el ofrecimiento de la vicepresidencia del Consejo Nacional de Educación. Creó los jardines de infantes para barrios obreros. Estableció el suministro del vaso de leche y pan en las escuelas primarias. Unos años antes había creado la institución del Boy Scout Argentino, filial local de la iniciada en Inglaterra por Baden Powell. En la vieja quinta del barrio de los Pastoricios creó una suerte de asilo en la que recogió a los chicos arrancados de los basurales para alimentarlos e instruirlos.

La fortuna heredada del padre le sirvió también para llevar a cabo mucha de sus innovaciones educativas. Moreno aplicó su dinero al servicio del país y el precio de esa obra patriótica fue la pérdida de todos sus bienes que debió ir vendiendo uno a uno. Se vio obligado a enajenar la quinta del parque de los Patricios y fue cambiando luego de domicilio arrendando casas cada vez más humildes.


Pocos días antes de morir escribió las siguientes palabras: “Tengo 66 años y ni un centavo… Yo, que he dado mil ochocientas leguas a mi patria y el Parque Nacional, donde los hombres de mañana, reposando, adquieran nuevas fuerzas para servirla, no dejo a mis hijos un metro de tierra donde sepultar mis cenizas…”.


Escribía el perito Moreno al ingeniero Frey, el 16 de noviembre de 1919, “Quiero volver al decano de los lagos, el Nahuel Huapi. Quiero hacer lo que pensé siempre realizar, aun cuando deje mis huesos allá. Espero salir de aquí a fin de mes o principios del entrante.


El Congreso Nacional sancionó en 1934 la ley ll.918 por la que se disponía erigir un mausoleo en la región de Nahuel Huapi para depositar sus restos, lo que se concretó en 1944 #AntesDeSerCalle

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