La ordenanza que le impuso nombre data de 1932, si bien no está especificado, la mención está relacionada a la batalla librada en la República Oriental del Uruguay entre las fuerzas del general José Casimiro Rondeau Pereyra y las del mariscal Gaspar de Vigodet, el 31 de diciembre de 1812.
El nombre de la batalla de Cerrito proviene de una loma en la que se refugió Rondeau y que por su cercanía al denominado Cerro de Montevideo, y siendo de menor altura, terminó por llamarse cerrito.
La calle que recuerda a este hecho nace en Juan B. Justo y continúa a partir de ahí como Olavarria. Tiene circulación sur norte y en su trayecto sirve de frontera entre los barrios Puerto de Las Avenidas, Las Avenidas de Villa Lourdes y después forma parte de Cerrito San Salvador, Cerrito Sur y Quebradas de Peralta Ramos.
El combate
Ese 31 de diciembre de 1812, los realistas, al mando de Gaspar de Vigodet y el brigadier Vicente Muesas, atacaron con 2.300 hombres y ocho cañones las posiciones de Rondeau quien cuando los españoles creían ganada la batalla, reorganizó sus fuerzas a las que condujo a la cumbre mientras los dragones orientales contraatacaron por el flanco a los realistas que fueron arrinconados contra las murallas de Montevideo donde debieron refugiarse.
La victoria de El Cerrito le demostró a los sitiados que las fuerzas patriotas tenían capacidad militar.
Mientras tanto, el Segundo Triunvirato había convocado a la Asamblea General Constituyente y Soberana con el objetivo de que los representantes de los pueblos libres reconocieran la soberanía popular, proclamaran la independencia de las Provincias Unidas y redactaran una constitución. Artigas, sumado al sitio de Montevideo, reunió un congreso de los pueblos orientales en Tres Cruces para elegir sus diputados a los que instruyeron en materia de solicitar un esquema confederal y elegir una capital fuera de Buenos Aires.
El tema es que la Asamblea, hegemonizada por la Logia Lautaro, apostaba a una forma de gobierno centralista por lo cual rechazó a los diputados orientales y le encargó a Rondeau organizar una nueva elección, cometido que cumplió al organizar su congreso en la Capilla de Maciel, donde el general se arrogó la facultad de elegir directamente a los diputados que viajaron a Buenos Aires mientras que Artigas se retiró con sus tropas del sitio a principios de enero de 1814, seguido por sus hombres.
La Gloria robada
Para suplir a las tropas orientales, Rondeau pidió refuerzos que llegaron, tras las victorias de Guillermo Brown en las aguas del Plata que cercaron completamente la plaza. El director supremo, Gervasio Antonio de Posadas, envió 1.500 hombres al mando de su sobrino y estrella de la Logia Lautaro: el general Carlos María de Alvear, quien llegaba, además, con el cargo de nuevo jefe del sitio #AntesDeSerCalle